Cuando los Reflectores se Apagan

Compartimos con Uds. un resumen de este taller, el segundo con el que iniciamos el año 2017, que comprendió dos (2) clases.
Imagina simplemente que eres parte de una gran obra teatro, y que se te ha pedido representar un papel para el cual no hay guión, solo una pequeña nota donde se te dice que eres X personaje. Otros como tú han recibido el mismo tratamiento y de repente uno de los presentes cae muerto... ¿será cierto o es simplemente parte de la trama?... las apuestas se levantan y todos creen saber quien es el asesino... ¿acaso fuistes tu? ¿será esto acaso una trampa? ¿o es un juego macabro del cual no  estabas consciente de participar? ... esa es la dura verdad que muchos debemos enfrentar día a día en nuestras vida, parece que somos todos actores de una obra improvisada donde no escogimos participar, sin embargo somos protagonistas y los únicos responsables de lo que suceda en ella...  

Con esta premisa en mente debemos sincerarnos al hacernos las preguntas correctas a nosotros mismos para determinar que también estamos llevando a cabo el papel que nos corresponde y no el que creemos que estamos interpretando...

Vivimos constantemente tomando decisiones y enfrentando las consecuencias de las mismas, sin considerar en lo profundo de nosotros mismos el alcance de cada una de ellas... no solo en lo que respecta a nosotros de forma personal, sino también en lo que tiene que ver con nuestros semejantes y con Dios.

Palabras como responsabilidad, legado, compromiso, etc. salen a la palestra cuando invocamos otras como comportamiento, conducta, y ejemplo. 

En este sentido el apóstol Pablo nos habla en Gálatas 6.1-10 (BLS): 
 Hermanos, ustedes son guiados por el Espíritu de Dios. Por lo tanto, si descubren que alguien ha pecado, deben corregirlo con buenas palabras. Pero tengan cuidado de no ser tentados a hacer lo malo. 2  Cuando tengan dificultades, ayúdense unos a otros. Esa es la manera de obedecer la ley de Cristo.   Si alguien se cree importante, cuando en realidad no lo es, se está engañando a sí mismo.  4  Cada uno debe examinar su propia conducta. Si es buena, podrá sentirse satisfecho de sus acciones, pero no debe compararse con los demás.  5  Cada uno es responsable ante Dios de su propia conducta.   El que esté siendo instruido en el mensaje de Dios debe compartir con su maestro todo lo bueno que reciba.  7  No crean ustedes que pueden engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado.  8  Si seguimos nuestros malos deseos, moriremos para siempre; pero si obedecemos al Espíritu, tendremos vida eterna.   Así que no nos cansemos de hacer el bien porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo.  10  Siempre que nos sea posible, hagamos el bien a todos, pero especialmente a los seguidores de Cristo.
El texto bíblico nos obliga a plantearnos muchas interrogantes como ¿Quiénes somos realmente cuando nadie nos mira?¿Qué relación existe entre lo que decimos y lo que hacemos? ¿Puedo ver realmente los cambios en mí o me estoy engañando a mi mismo? ¿En que forma a cambiado mi forma de resolver los problemas?¿Soy el mismo en casa así como lo soy en la congregación?¿Soy yo quien yo quiero ser?¿Dónde está Dios en mi día a día?... y la lista es larga, y muy difícil de responder... 
  • Es tiempo de evaluarnos a nosotros mismos y determinar lo que estamos haciendo bien o mal con lo que hemos recibido de Dios, especialmente con su palabra.
  •  Es hora de determinar que tan impactante han sido los cambios ocurridos en nosotros y ver el efecto en nuestro entorno.
  • Es necesario reflexionar sobre el legado que quiero dejar a los que están conmigo, y preguntarme ¿que ejemplo les estoy dando? 
  • Debemos entender el hecho de que nadie mas que nosotros mismos puede lograr los cambios que necesitamos.
  • Es importante atender a la voz de Dios que constantemente nos habla desde lo mas profundo de nuestro ser y nos invita a accionar de manera correcta… involucremoslo en todas nuestra decisiones
  • Es mandatorio dejar detrás los vicios de nuestra personalidad y adoptar de manera responsable los valores y principios de Dios, para así moldear nuestros pensamientos, y por ende nuestra acciones
Es tiempo de APLICAR lo aprendido y sumar EXPERIENCIA a la palabra estudiada y actuar con la MADUREZ que reclama el conocimiento que hoy tenemos. 

Debemos esforzarnos en que nuestras  DECISIONES estén marcadas con los principios de Dios, evitando en todo tiempo  PRETENDER SER y convertirnos en SERES REALES, recordando que Los HECHOS hablan mucho más fuerte y rápido que las palabras. 

Fuimos hechos para redactar nuestro propio LIBRETO y en el podemos ser la MEJOR VERSION de nosotros mismos.

Dios brilla a través de nosotros, y nunca olvidar que cuando los Reflectores se Apagan… Quedas tú para alumbrar…

Dios te Bendiga...!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario