miércoles, 29 de abril de 2020

Sin Temor al Mañana



No hay nada tan impreciso como el futuro, ni que cause tanto temor como la incertidumbre de no saber lo que nos espera.  

Con estas palabras quiero iniciar a propósito, para resaltar, de que ninguno de nosotros está exento de sentir temor, cuando se trata de mirar hacia el futuro.

Para quienes pensamos de manera positiva la mayor parte del tiempo, y sobre todo, para los que albergamos la confianza en Dios como norte principal de nuestras vidas, el mañana se nos apetece siempre cautivador, esperanzador y fascinante; pero aún así, no deja de ser intrigante, amenazador y, en muchos casos, aterrador.

No hay nada tan constante como los cambios, y eso hace que el futuro sea tan impredecible, porque nada nos puede asegurar que las cosas sucederán mañana tal cual como esperamos, indiferentemente de las condiciones que se nos presentan hoy en día.

Si logramos entender que la vida cambia de continuo, y sumamos a eso, la situación presente, cuando por causa de una pandemia mundial el mundo entero está siendo acorralado a transformarse y/o renovarse; no podemos entonces creer que las cosas seguirán siendo igual que antes, ni mucho menos, que todo lo que hemos programado continuará igual.

Pero esto no tiene por qué atormentarnos, es simplemente un llamado a adaptarnos, a reprogramar nuestras vidas y a innovar en todos los quehaceres de nuestra existencia. 




Todas estas preguntas en verdad son importantes, pero denotan también en lo profundo, un grado de incertidumbre total, de temor por lo que desconocemos. Pero nada de esto es ajeno a nuestra naturaleza humana. Somos seres creados con sentimientos y emociones.

Pero, ¿de dónde vienen todas estas preguntas…?

Estas preguntas solo son un reflejo muy superficial de lo que cada uno de nosotros está viviendo. De hecho, cada quien tiene sus propias preguntas personalizadas como, por ejemplo: ¿volveré a conseguir empleo? ¿cuándo podré viajar de nuevo para visitar a mi familia que está lejos? ¿podré seguir estudiando? ¿será prudente que tenga un hijo?

No hay que ser un profeta o tener una mente prodigiosa para entender el tiempo que estamos viviendo, y mucho menos para descifrar claramente, que lo que hoy nos afecta como humanidad, debe llevarnos a ver el futuro de una manera distinta.

Lo único constante es el cambio, y estos no esperarán a que estemos listos para ellos, como tampoco nos pedirán permiso para irrumpir en nuestras vidas, queramos o no.
 





Hay cosas que anhelamos, que normalmente no coinciden con las que necesitamos, y una de esas cosas es la paz. Por siglos, la humanidad ha ansiado tanto esa paz, que incluso de manera irónica ha desatado guerras para poder alcanzarla... ¿Es eso paz? ¿es posible alcanzarla? El miedo que está arraigado en nuestros corazones está muy relacionado con esa búsqueda de paz. Esa falta de paz en el presente, nos angustia de tal manera, que incluso llega a paralizarnos y a determinar nuestros estados emocionales.

La falta de paz en el ahora es lo que causa temor en el mañana....

Cuando Jesús les habló a sus discípulos acerca de "su paz" fue en un momento muy importante, porque les estaba anunciando lo que sucedería con él en pocos días. Jesús estaba preparándolos para la inminente partida, él sabía muy bien que muchas preguntas surcarían sus mentes a partir de ese instante, y que las dudas sobre sus futuros los atormentaría, y les causaría temor. Ellos se preguntarían: ¿qué haremos después? ¿quién nos guiará?  ¿qué haremos cuando se lo lleven? ¿cómo debemos actuar? etc. En su posición también hubiésemos hecho lo mismo, y por eso nos identificamos en este momento con sus temores. 

La incertidumbre del futuro carcome nuestra psique y nos hace pensar en la fatalidad... y esa fatalidad nos asusta.

¿Qué pasaría si alguien nos pudiera responder a todas esas preguntas que nos estamos haciendo? ¿eso hará que nos sintamos mejor? ... la respuesta a eso es obvia: NO... ¿y si las repuestas no son tan buenas como esperamos? ... muchísimo menos nos sentiríamos bien. En realidad, desde el punto de vista práctico, ninguna respuesta sobre el futuro nos ayudará a alejar el temor. 

Lo que hace que el futuro sea tan fatídico es que esperamos mucho de él, porque todo lo que está por venir es incierto e improbable. Respeto no estés de acuerdo conmigo, pero, ¿y si mañana no despertaras para ver un nuevo día?... no quiero causarte más angustia ni temor, tampoco quiero que pienses que soy fatalista, pero tengo que ser sincero contigo cuando te digo que el futuro es demasiado incierto como para asegurar que va a ocurrir... no estamos en la capacidad de “prever” lo que viene, pero eso sí, tenemos la oportunidad y la capacidad de “proveer” en pro de ese futuro.

Hay una gran diferencia en el “prever” en relación con el de “proveer” para el futuro. Las hormigas no pueden predecir cuándo se vendrán los cambios climáticos, pero eso sí, trabajan todos lo días para proveer lo necesario para cuando un momento así llegue.

No hablo de trabajar excesiva y compulsivamente para tener lo necesario para cuando venga la dificultad, porque en ese extremo, no se consigue la paz.  Me refiero a ser diligente hoy, sabiendo y confiando en Dios, que estás listo para cualquier eventualidad, y disfrutar de esa misma forma el proceso (presente).

Nadie puede vivir pensando únicamente en el futuro sin amargarse. Eso está lejos de traer paz.
Requerimos sobre todo paz, pero no una paz artificial como la que desea el mundo. Por lo general pensamos, que la paz es el que “yo estoy bien, si en mi alrededor todo lo está... “. Nada más alejado de la realidad. La paz es un proceso que se genera a lo interno, y que se manifiesta hacia el exterior. No a lo contrario.

La verdadera paz, solo Dios pudo dar, sembrándola en nuestros corazones a través de su Espíritu Santo, que habita en nosotros... y esa paz no es para el futuro, es para hoy mismo, para este instante, es una paz instantánea. Jesús dijo: "la paz que les doy… es mi paz".

Considerando que se han declarados guerras en el mundo por alcanzar la paz artificial, ¿qué estarías dispuesto tú a dar por alcanzar la verdadera? ¿qué debes hacer para encontrarla?...

Hagamos un ejercicio práctico, toma lápiz y papel anota todas esas preguntas que tienes acerca de tu futuro... hazlo sin apuro…. Si necesitas otra hoja porque no te alcanza hazlo con confianza, y cuando estés listo, te invito a que revises cada pregunta que hiciste sobre tu futuro y te darás cuenta de que todos tus miedos están relacionados con cosas que no sabes si pasarán o si tendrás.  Estoy más que seguro que la mayoría de las preguntas que anotaste están relacionadas con dinero... ¿cierto?... ¿porque lo sé?... porque así son las mías...

En mi experiencia no existe nada que te cause más temor que no tener nada de dinero en los bolsillos, sobre todo cuando tienes una familia que mantener. Cuando se inició el confinamiento por la cuarentena me encontraba en una situación económica estable, pues contaba con algunos ahorros producto de mi trabajo de mucho tiempo y algunos de estos afortunadamente se encontraban en divisas extranjeras. Debido a que la cuarentena me obligó a estar más tiempo en casa, aunado esto a un problema gravísimo que existe en mi país en la distribución de combustible, la oportunidad de salir a ofrecer mis productos era casi nulas, mermando así, las posibilidades de aumentar mis ingresos. Seguro estoy que muchos en la misma situación sentían que todo estaba bien, pero, si tú tienes un saco lleno y empiezas a sacar de él poco a poco y no le metes nada, al tiempo el saco quedara vacío... y eso me pasó a mí, y sé que le está pasando a muchos. Esto indefectiblemente causa temor. La solo idea de que el dinero se pueda acabar algún día me hacía sentir muy temeroso del mañana.

¿Qué hacemos en una situación así? La respuesta es más fácil de decir que de aplicar, pero te diré lo que me ayudó mucho en mi proceso para vencer el temor. Me paré frente a mi despensa y di gracias por todas las cosas que había podido comprar para dar de comer a mi familia.  Lo mismo hice cuando me senté a la mesa a desayunar, y cada mañana que puedo abrir los ojos. El agradecimiento activó la paz dentro de mí, y me hizo sentir seguro y confiado. 

Cada uno de nosotros tiene la misma oportunidad de agradecer por lo poco o lo mucho, y cuando haces eso activas la paz dentro de ti. Es algo totalmente espiritual, por eso no es un asunto de “sentir” que debes agradecer, es una práctica que debes aplicar quieras o no.

Estoy seguro que, si mañana decretan el cese de la cuarentena, el dinero no va a llegar por arte de magia.

Como te he dicho acá mismo, no podemos "prever" el futuro, pero si podemos "proveer" para él. Tu futuro no está en lo que pueda suceder si no en lo que construyes (provees) hoy para alcanzarlo. Las cosas no van a mejorar simplemente porque cese la cuarentena, lo harán, si estas preparando el terreno para que eso se dé. Estoy consciente que, en mi caso, que tengo un negocio de ventas tradicional, apoyado principalmente en visitas al cliente, presentación de catálogo o lista de productos, y un poco de tecnología celular, si sigo por esa vía sin innovar, no lograré victorias tempranas cuando retome de nuevo mi actividad comercial. La solo idea de arrancar de nuevo una vez terminada la cuarentena me aterraba porque sentía que debía empezar desde el inicio con mis clientes, y considerando que necesito llevar algo de efectivo lo más urgente posible a mi saco, no me convenia hacerlo de la misma forma.

Lo más rentable, y que recomiendo ampliamente para alcanzar la paz y adoptar el termino de “proveer” para el futuro, es aprovechar este tiempo de aparente inactividad para estudiar y preparase para lo que viene. Empecé a estudiar todo lo que necesitaba para mejorar mi negocio, para llevarlo a la era digital, y me encontré que, mientras yo me iniciaba para saltar a lo que se denomina el Negocio 2.0, ya hay quienes en ese nivel antes que yo, ya estaban preparándose para subir al tipo de Negocio 3.0. De allí entendí, que todos vaticinan que la economía va a dar un salto que cambiará totalmente todos los negocios, y que, quien no esté "preparado" para saltar, no verá crecimiento a corto plazo. ¿me asusté con la idea? sí, pero no me quede en ese temor.

Me estaba preocupando por algo que no conocía y no había sucedido aún, cuando lo que tenía que hacer era ocuparme en el presente de sentar las bases para ese futuro. Fue allí cuando aumenté las horas de estudio y preparación, y empecé a hacer los ajustes; y así como lo hice en mi negocio, tuve que hacerlo en todas las áreas mi vida. En mi hogar ya estoy hablando de querer ser el Esposo y el Papá 3.0.  ¿Qué es eso? no lo sé con exactitud, pero sé que debe ser la mejor versión de lo que soy ahora.




En el futuro no te espera la paz, porque la paz la necesitas ahora para poder enfrentar el futuro, no importa cuán difícil parezca que será.  El presente es lo único que puedes controlar, por eso necesitas la paz en el ahora. Cuando tenemos paz en el hoy no hay preocupación por lo que vendrá mañana, sin importar que tan lejos este ese mañana.

En el pasaje de la lámina anterior, observamos que el afán (preocupación) por el mañana no trae ningún beneficio. Lo importante es atacar el día a día en paz y de forma diligente.

Haz todo lo que esté en tus manos por hacer, y encuentra también satisfacción en ello.
Aprovecha estos días para compartir y dedicarle atención a tu familia, pensando siempre que el tiempo que estás invirtiendo en ellos no es en vano. Algún día los niños crecerán y se irán, no sabemos a ciencia cierta que tan buenos saldrán o si se serán los hombres y mujeres que hemos visualizado. El futuro nada te garantiza acerca de eso. Lo único que nos queda en ese caso es sembrar en ellos momentos espaciales junto a nosotros que puedan llevarse donde quieran que vayan. 

Mi oración por mis hijos todos los días, es que sean hombres de bien, respetuosos, afectivos, y fieles. Pero ni aún la oración me puede garantizar eso. La oración, junto a la dedicación que podamos darles, nos ayudan a satisfacer nuestro ser interior, dándonos confianza (paz) en el trabajo que hacemos cada día con ellos, proveyéndoles así, la mejor provisión para sus mentes, y corazones. Esa es la paz de Dios, la paz que funciona en el ahora.
 



Ya para finalizar, quiero compartir este último pasaje bíblico, escrito por el apóstol Pablo, donde nos evidencia la forma correcta de enfrentar el futuro.

Sea cual fuere el tiempo que dure la cuarentena debemos aprovecharlo para mejorarnos a nosotros mismo, prepararnos para todos los posibles futuros que podamos tener, pero siempre de manera positiva, confiando plenamente en Dios, el cual estará con nosotros mañana, así como lo ha estado hasta hoy. Eso es lo único que tenemos garantizado en el futuro, su presencia en nuestras vidas.  

Ocupémonos entonces de construir hoy las bases para hacer de nuestras vidas la mejor versión que podamos. Olvídate ya de que vas a continuar tu anterior vida, el mundo no es el mismo, tu tampoco puedes serlo. Tu futuro será tan bueno o malo como lo determines hoy.

Evidentemente, así como no podemos cambiar el pasado que ya pasó, tampoco podemos cambiar el futuro que aún no llega, pero lo que si podemos hacer es condicionar el futuro, y para ello tenemos el ahora. ¿Cómo podemos condicionar el futuro? El secreto está en nuestra mente.

Si cambiamos lo que pensamos, abonaremos el camino para una mejor vida, una vida ajustada a la voluntad de Dios, es decir, una vida buena, agradable y perfecta. 

¡Que tengas un mañana muy feliz!

Pastor César González