No sé quien fue el primero que dijo esto (¿acaso sería el hámster?), pero hoy más que nunca esta vigente.
Lo que estamos viviendo hoy nos obliga a considerar cada día, e impulsarnos a cambiar nuestra forma de pensar.
Se ha dicho hasta el cansancio, y yo lo he dicho muchas veces por acá, que este mundo está cambiando muy aceleradamente, y en adelante estaremos viviendo una “nueva normalidad”, que no será ni de lejos parecida a la que vivimos antes de esta pandemia.
Hoy
Las sociedades y sus economías se están moviendo hacia esa nueva realidad. Actividades como el teletrabajo, el comercio electrónico, el servicio de delivery, y el de educación a distancia, si bien ya estaban muy presentes en nuestra sociedad, hoy han encontrado una mayor presencia debido al confinamiento voluntario que nos ha tocado vivir.
Ya ante esta situación ¿Cómo estamos nosotros? ¿En que punto nos encontramos? A la verdad cada quien tendrá su respuesta, pero me arriesgo al decir, que de forma general, aún no lo hemos entendido.
Sin embargo, existen muchas personas en el mundo, que están visionando ese nuevo mañana, y ya hoy, afirman de forma muy categórica, que el mundo ya no es el mismo… y yo les creo.
Esto ha sido como una especie de experimento mundial, donde al parecer nos pusieron a prueba a todos sin querer. Es como si nos hubiesen encogidos a todos para meternos en un tubo de ensayo, y estamos pasando por distintas pruebas para determinar de que estamos hechos o en que nos convertiremos finalmente.
Parece en verdad como si estuviesen construyendo un mundo nuevo y quisieran probarlo con nosotros.
Particularmente, en el país donde vivimos, estamos experimentando diversos tipos de pruebas. Muchas dificultades para encontrar alimentos, para tener servicios públicos acordes a nuestras necesidades, y aún menos que sean cónsonos con la situación que estamos experimentando ante esta pandemia.
¿Qué se está poniendo realmente a prueba? ¿Quien lo esta haciendo?
Según el pasaje que acabamos de leer, lo que está siendo evaluado en el microscopio es nuestra fe.
¿Y que es la fe?
En el idioma original en que fue escrita esa parte de
Según esto, lo que en verdad se pone a prueba es el nivel de confianza que tenemos, y sobretodo, en donde o en quien esta depositada esa confianza.
Dice el mismo pasaje, que el propósito de esa prueba de confianza es producir la paciencia en nosotros, y la paciencia, cuando esté completa nos hará mas “perfectos y cabales”.
Esto al oído humano suena a una locura, pero desde el punto de vista de Dios, tiene su lógica divina, porque está enmarcado en su propósito.
La paciencia como tal, no es algo innato en el ser humano. Es producto de un proceso interno que refleja entre otras cosas el dominio de nuestras emociones. Por muchos años en mis charlas y conferencias he hablado sobre lo que yo creo que es la definición de la paciencia. Para mí, la paciencia es la “ciencia de la paz”, es decir, que en su contexto, la paciencia es la paz elaborada o construida de manera consciente y sistemática.
A mi parecer, la paz que se alcanza por el mero hecho de tener todo tu entorno controlado no es tan duradera como aquella que se logra en el interior de nosotros mismos. Eso es lo que yo denomino paciencia, y ésta, como hemos visto, solo es alcanzable cuando nuestra confianza en Dios y en nosotros mismos es puesta a prueba, y cuando por supuesto, salimos victoriosos de ella.
¿Cuando sabremos que hemos avanzado ante una circunstancia? Cuando a pesar de la situación que enfrentamos, alcanzamos esa paz interna, y evolucionamos hacia un ser mas maduro (perfecto) y apto (cabal) para enfrentar la vida.
Ese es el resultado al que debemos aspirar, ese es el verdadero cambio que debemos encontrar en nosotros.
Lograr esa “perfección” en nosotros solo es posible, cuando por un lado entendamos que lo que estamos viviendo es solo una prueba de nuestra confianza, y que de salir victoriosos, alcanzaremos la paz completa que nos hará sentirnos más seguros de nosotros mismos y sobretodo de Dios.
Curiosamente, el siglo pasado, estuvo marcado también por muchos otros
acontecimientos que marcaron el rumbo del mundo en todos los niveles, pero nada
mas determinante que las dos primeras guerras mundiales, que no solo trajeron
dolor y sufrimiento a grandes escalas, sino que además, propiciaron el surgimiento
de organismos mundiales como
Las guerras trajeron consigo muchos cambios. En Europa por ejemplo, una gran cantidad de emigrantes salieron huyendo de las zonas de conflicto hacia otras latitudes, buscando un “cambio” para sus vidas, encontrando refugio y seguridad en otras regiones, como por ejemplo en América Latina.
Eso lo cambió todo. La economía se encontraba a pique en muchas naciones, sobre todo en aquellas devastadas por la guerra. Millones de personas fueron desplazadas de sus hogares y luego volvieron a encontrarse con ciudades en ruinas… con sus casas destruidas...
Muchos lo perdieron todo, pero incluso daban gracias por haber sobrevivido y por tener la oportunidad de comenzar de nuevo, y así lo hicieron. Quienes lo lograron, lo hicieron convencidos de que podían hacerlo, y que debían hacerlo desde cero.
No fue una tarea fácil, pero nos demostraron históricamente que todo es posible con determinación, unión y mucha fe.
Muchos también lograron empezar de nuevo desde el lugar a donde migraron, y luego de algunos años de mucho trabajo, pudieron construir grandes negocios que aun hoy en día son prósperos.
América Latina fue unos de eso lugares donde la gran mayoría de emigrantes europeos y asiáticos encontraron un nuevo comienzo.
Hoy no nos enfrentamos ante una guerra (gracias a Dios) pero muchos han sentido que de verdad estamos peor. Pero a quienes piensan así, yo les invito a reflexionar al respecto, y a que le pregunten a ese sin número de inmigrantes que tienen muchos años en su país. Ellos les podrían contar cosas verdaderamente atroces, porque nunca podremos comparar lo presente con una tragedia tan terrible como una guerra.
No significa que debemos minimizar lo que esta sucediendo, nunca lo diré, pero si debemos darle la justa dimensión.
Cada quien tiene su propia tragedia, y quizás en la vida de cada uno se estén dando muchas guerras o pandemias particulares. Como lo dije en una oportunidad, el problema mas grande esta en nosotros.
Si queremos asumir lo presente como una especia de guerra, entonces asumamos también del mismo modo, adquirir la misma capacidad de estas sociedades posguerras, para poder enfrentar la situación actual de la manera correcta, con miras a reconstruir nuestras vidas, y acorde a los cambios que se están dando.
El mundo entero esta evolucionando hoy, y nosotros tenemos que hacerlo con el, porque si no moriremos.
Podríamos esperar a que todo esto acabe para empezar de nuevo, pero lo cierto es que debemos comenzar desde ya a hacer los cambios en nosotros.
Este experimento social al que parecemos estar sometidos de momento, no va a cesar de la noche a la mañana, si no hasta que cumpla el propósito de su existencia.
Sea creada o accidental, esta pandemia nos está arrinconando indefectiblemente a ajustarnos como seres humanos, individuos, personas, familias, sociedades, ciudadanos, etc.
Es muy probable que debamos cambiar en adelante la forma en como trabajamos, estudiamos, compramos, vendemos, etc. pero eso es parte del precio que hay que pagar. Ya no seremos los mismos y debemos entenderlo así.
En estos días, en una conversación con mi hijo de seis años, me hizo reflexionar muchísimo. El me preguntó cuando seria el día que podría salir a la calle para poder estrenar el nuevo tapabocas que le regalaron. Uno como padre se incomoda el solo pensar que sus hijos tengan que pasar por esta situación, pero si lo vemos desde el punto de vista de ellos, veremos que sus mentes están mas preparadas para el cambio que nosotros.
Un nuevo tapabocas implica en la mente de un niño, una “nueva cosa” que puede usar. El tapabocas ahora es parte de la vestimenta de cada uno de nosotros.
Cuando debo salir a la calle veo por todos lados gente con tapabocas, de distintos colores, tamaños y tipos. Hay algunos realmente originales. Aunado a esto y en calidad de broma, alguien sugirió una colección de tapabocas con lentejuelas y bordados especiales para regalarlos el Día de las Madres.
Señores eso no es solo broma, es una realidad. La moda esta cambiando, y no nos sorprendamos cuando el día de mañana veamos lo que están haciendo actualmente firmas como Kalvin Clain, Carolina Herrera, Epeka, etc.… están haciendo tapabocas para todo el mundo. Ya mañana no será importante si usas tapabocas o no, sino de que marca es.
Y eso es solo el comienzo de todo lo que esta por venir.
Lo único constante en la vida es el cambio, y nuestro deber no es aceptarlo o entenderlo, es estar preparado para eso, y estar dispuesto a caminar con él.
No conozco en verdad que pudo haber pasado por la mente de todas esas personas que sobrevivieron a la guerra, no se que tipo de consigna o filosofía los llevo a reconstruirse como nación, sociedad y personas, pero estoy seguro que lo que eso fuera, ese algo que los movía, era muy grande, y estaba dentro de ellos.
Puede que hayan recibido mucha ayuda de otras naciones, incluso, que hayan podido apalancarse a través de auxilios económicos, convenios internacionales, etc., pero no hay fuerza más grande para salir de la ruina que aquella que viene de dentro de ti.
En una oportunidad fui con unos amigos a un viaje de playa, allí nos animamos a montarnos en una de esas balsas llamadas “banana”, para divertirnos un rato. La intención real de ese juego es ver cuanto aguantas agarrado de la balsa antes de caer al agua. Es cómico ver al final como todos nos caemos de distintas formas graciosas, porque por mucho que tú te agarres siempre tendrás que “tragar un poco de agua”. El asunto es que con chaleco salvavidas no hay el peligro de que uno se hunda, y por lo tanto no habría ahogados por causa de ese juego. Pero siempre hay alguien que no lo entiende así y una vez en el agua se desespera por temor y cree que se va a ahogar, y comienza a agarrarse del compañero de al lado, poniendo ciertamente su vida y la del otro en riesgo.
En ese momento, por mucho que tú le digas que no se va a ahogar, que tiene que estar tranquilo, no se va a tranquilizar. Lo mejor en esos casos es separarse de la persona y dejar que la misma se de cuenta de que esta a salvo.
En ese mismo sentir estamos muchos hoy en día.
Por mucho que uno les grite a los demás de que las cosas van a cambiar pero que todo va a estar bien, jamás lo van a entender. No importa cuantos chalecos salvavidas tenga encima, ni que tan cercano estén de la orilla, el miedo por la posibilidad de morir ahogados no lo dejará ver lo que tiene en sus manos para sobrevivir.
Dentro de ti esta la respuesta. ¿Hace falta que te lo grite? ¿Por qué no mejor te lo gritas a ti mismo? Recuerda que tienes todo dentro de ti para no ahogarte con esta situación.
Los cambios pueden abrumarte, siempre y cuando no aprovechas este momento para prepararte y afrontarlos con confianza.
Es un reto que debemos asumir hoy, y no dejarlo para mañana.
No es sencillo el hacerlo, pero con determinación y con la confianza en Dios, y en ti mismo, lo podrás lograr.
Recuerda que hay muchas personas que lo han logrado en peores circunstancias.
Siempre hay una forma y oportunidad para empezar de nuevo. Sea cual sea tu situación.
Si te quedaste sin trabajo, si estas pasando por un divorcio, si no salieron las cosas bien en un negocio… aun con tu ciudad en ruinas, todo es posible si crees que puedes lograrlo…
Atrévete a ser de aquellos que aceptamos los cambios y se preparan para ellos.
Aprovecha para evolucionar a una mejor versión de ti mismo
No hay guerra, pandemia o situación que te robe la oportunidad de ser más perfecto y cabal…
Di conmigo: ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece…!
Dios bendiga tu vida
Pastor Cesar González
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