martes, 7 de julio de 2020

Cada Quien Brilla a su Manera




En portada, podemos encontrar la foto de unos de los últimos cuadros elaborado por mi esposa. Ella misma le colocó el titulo central, sin pensar siquiera que el mismo me inspiraría a mí, para escribir sobre ello,  y es que en pocas palabras, ella siempre ha sabido como decir muchas mas cosas.

Cada quien brilla a su manera, es una expresión que íntimamente está relacionada con ella misma, y a mi parecer, representa también como una especie de frase libertaria, para todo aquel, que desde lo profundo, descubre una manera muy personal de manifestarse desde dentro de su ser hacia los demás.

En el tiempo que estamos casados, y aún un poco desde antes, mi esposa ha encontrado de manera sutil, la forma de sorprenderme cada vez, haciendo que viva junto a ella, las distintas facetas que van surgiendo en su descubrimiento de ella misma.

Ese proceso de descubrimiento mutuo, ha sido muy enriquecedor para nuestra familia, porque aún desde mi acera, me permite gratamente observar como cada nuevo talento que va surgiendo y los retos que lo acompañan, se convierten en intensas y apasionantes sesiones de entrega a lo que hace, esa pasión que invade al artista en la manifestación de sus emociones, de su don y de su esencia.

Pero esta misma pasión es contagiosa. Todos en casa de alguna forma estamos disfrutando ese viaje con ella. Nos inspira su dedicación, su entrega, su respeto y amor hacia su arte, y eso está cambiando su vida y la nuestra.

Cada vez que ella está creando, el cuarto donde lo hace se siente como iluminado, y hay un resplandor inusual, que solo quienes nos damos la oportunidad de percibirlo podemos visualizarlo.

No puedo negar  que hablo como un hombre enamorado de su esposa, y que al hacerlo le pongo todo el romanticismo edulcorado que puedo encontrar, pero también asumo con mucha responsabilidad, que lo dicho hasta ahora, va mas allá de la emoción que produce el amor por ella.

Durante toda mi vida siempre me pregunté el porque de algunas expresiones y obras artísticas en particular eran tan aclamadas por los llamados expertos en arte. En otrora, solía ver con cierto recelo algunas de las pinturas y esculturas expuestas en museos y galerías. Pero no niego que cierta curiosidad siempre estuvo en mí, considerando además que he tenido cierta apreciación por el arte, debido también a mis dotes con la literatura y la música.

Pero no es hasta que vives con un artista o convives con él, cuando aprendes a apreciar de forma muy cercana, no solo el resultado visual, sino también las emociones y el retrato personal que la persona impregna en cada obra. Ahora si puedo entender cuando alguien puede ver tristeza, alegría, frustración, etc,, por ejemplo en un cuadro abstracto.

Hay un proceso en cada obra, hay un poco del alma que se va en casa trazo o pincelada. Un artista usa distintas técnicas así como también distintas emociones al momento de realizar una obra, y de la misma forma cada quién, en su área de actividad o profesional le impregna lo mismo a lo que hace.

Hay arte en todo lo que nos rodea. Desde la expresiones artísticas, pasando por las obras de ingeniería, y en las relaciones personales. Todo es arte.

Lo que diferencia la actividad que realizas sobre la de otros, es el ser que inyectas en ella.  



Somos más que simples criaturas deambulando por este mundo, tratando de sobrevivir a problemas existenciales. Somos la creación divina más espectacular y maravillosa que existe. De hecho, ningún ser fue diseñado  y creado con tanta precisión y perfección  como tú y yo lo somos.

Somos hechos a imagen y semejanza de Dios

¿Por qué motivo fuimos hechos así? La clave para dicha respuesta está en lo anterior.

Fuimos creados para contener en nosotros la luz divina. Fuimos diseñados no solo como depósito, sino también como una lumbrera o faro en medio de la oscuridad.

Fuimos diseñados para reflejar la luz creadora de Dios en nosotros. Esto no es cualquier cosa.

Las palabras descritas en la lámina anterior fueron expresadas por Jesús hace un poco más de 2000 años, y hoy tienen vigencia más que nunca.

Era intención de Dios al crearnos, que pudiésemos manifestar de su propia esencia a través de nosotros, o como bien lo dirían otros, Dios ha procurado hacerse de un medio por el cual manifestarse en este mundo. Ese medio o canal eres tú.

Hoy es muy común escuchar por distintos medios, que somos seres de luz, Eso es totalmente cierto. Lo que hay que aclarar en este aspecto, es que la luz que brilla a través de nosotros, no es otra, que la misma esencia de Dios manifiesta en todo lo que hacemos.

Por ello, desde el lugar donde nos encontremos, sea cual sea la actividad que realicemos, estamos llamados a brillar de la manera en que fuimos diseñados. 

No todos, estamos destinados a ser pintores, escultores, etc; pero todos podemos ser artistas en lo que hacemos, porque estamos llamados a brillar desde la posición en la que estemos.

Conozco casos de médicos que son considerados artistas en sus especialidades, y esto no es solo referencia a los cirujanos plásticos. Por ejemplo, hay un doctor muy famoso en mi ciudad, que es reconocido por ser el traumatólogo particular del equipo de béisbol profesional de mi región. Este médico es considerado un innovador en el área de cirugía de manos.

Así como él, existe diversidad de profesionales en sus distintas áreas, que son considerados artistas en lo que hacen. Arquitectos, Empresarios, Chefs, oradores, técnicos, etc. Todos estos y más, engrosan la interminable lista de profesionales que han decidido brillar desde la posición en la que se encuentran.

¿Que diferencia hay entre unos y otros? Solo la disposición para hacer lo que hacen con pasión, dedicación e innovación.

Para brillar, requerimos primeramente entender que somos un reflector del potencial creador de Dios.

Es tan grande ese potencial creador en nosotros, que si miramos hacia atrás, comprobaremos como en menos de dos siglos, la humanidad ha avanzado tecnológicamente de forma exponencial, en comparación con su historia completa.

Revisando precisamente la historia, encontramos que no hubo avances tan significativos y trascendentales en el mundo  como lo hay hoy en día, (con algunas excepciones) antes del siglo XX.

¿Cuánto tiempo tuvo que esperar la humanidad para pasar del transporte de tracción animal al de vapor? Muchísimo. En cambio, una vez que entramos a la era del vapor, no pasó mucho tiempo para que surgieran los vehículos impulsados por motores de gasolina.

Con mayor precisión, podemos validar, el desarrollo de los sistemas automatizados, que en poco tiempo, nos llevó de tener computadoras gigantescas que ocupaban pisos enteros en un edificio, a un dispositivo que hace lo mismo y mucho más, pero que cargamos en el bolsillo de nuestro pantalón.

Les invito a investigar esto, y se darán cuenta de que el tiempo entre uno y otro ha sido muy corto.

La humanidad ha tenido momentos de iluminación bien marcados en su historia, y esto no solo surgió en su totalidad de personas preparadas o superdotadas. Estos momentos de luz vinieron de gente como tú y yo, que aprovecharon el lugar y el momento para desarrollar la luz que había dentro de ellos.



Hace muchos años conocí a una persona a través de unos amigos en común, con quien tuve la oportunidad de conversar sobre el trabajo que cada quién hacía. Él me relató su inconformidad con la actividad que realizaba en el suyo. Durante mucho rato, fui todo oído para escuchar de infinidad de quejas sin fundamento y de una actitud totalmente apática hacia el trabajo. Entendí que no era el trabajo que él deseaba, pero que por el momento  era su única fuente de ingreso, lo cual, hacia que la carga fuera más pesada.

El tiempo jugó de nuestra parte, y pudimos concluir que el problema en el trabajo, no era el trabajo en sí, sino la actitud incorrecta acerca de hacer algo que no le gustaba. Mi única recomendación fue que debía primera y urgentemente cambiar su negación. Le sugerí que al levantarse en las mañanas se  mirara al espejo y hablarse así mismo para convencerse, de que el trabajo que realizaba era muy importante para todos, aunque no fuera de su agrado. 

Le dije además, que debía desconectarse de la queja, lo que le valió posteriormente que todo su entorno cambiara, haciendo de su trabajo algo más agradable para él. Con el tiempo nos comunicamos por teléfono y le escuché muy entusiasmado, porque había sido ascendido a otro puesto, el cual nunca imagino que le gustaría tanto como en ese momento.

"Cuando tú decides brillar a pesar de las circunstancias que te rodean, todo tu entorno brillará contigo, al igual que el camino que tienes delante."

Esa misma sensación es la que yo describo al principio, cuando mi esposa se encuentra trabajando en un nuevo proyecto. Esa luz desde dentro de nosotros, tiene la necesidad natural de fluir hacia afuera.

El efecto creador de esa luz divina, remembra las palabras que se emitieron cada día, durante el proceso de la formación del mundo: Y vio Dios que todo  era bueno , porque precisamente es ese el sentimiento que embarga tanto al artista como a quien le irradia.

Hay quienes pueden inyectar luz  a lo que hacen, como también pueden impregnar de oscuridad cualquier cosa por muy buena que parezca.

¿Les ha sucedido que de pronto el anuncio acerca de algo aparentemente muy bueno, termina no siendo del gusto de la mayoría?

Por otro lado, ¿Les ha acontecido que, realizando una actividad que comúnmente siempre sale bien, por alguna vez no sale así?

Hay muchos factores que pueden explicar las dos situaciones anteriores, pero no hay  nada que afecte más el trabajo que estés realizando, que la actitud que tengas en el momento de hacerlo.

Nuestro arte es el reflejo de nosotros mismos. Impregnamos de tristeza o de alegría lo que hacemos. 

En relación con la cocina es fácil determinar cuando un plato fue preparado con pasión y sin ella. 

No importa cuantas veces hayas hecho el mismo platillo en tu cocina, incluso el nivel de ejecución puede ser  el mismo, pero el resultado final siempre estará afectado por tus emociones, porque una parte de nuestra alma, está incluida en la receta. 

Aunque es difícil visualizar este aspecto más en unas cosas que en otras, el artista siempre sabrá que parte de sí ha plasmado en ello y cual no.

Es imperativo irradiar luz en lo que hacemos para poder encontrar no solo satisfacción personal, sino también, alcanzar con esa misma luz a otros.

Todo artista quiere verse reflejado en su obra, y si eso se alcanza, ya hay en ello gran parte de ganancia. Todos simplemente queremos ser vistos por los demás, y el arte es una de las múltiples formas en que logramos hacerlo.

Yo  mismo cuando escribo, siempre hago referencias a mis experiencias personales y familiares, porque entiendo que de una forma u otra, es por medio de este canal que yo puedo expresar parte de mi mismo. He encontrado una forma especial de conectar mi alma con la de otros a través de lo escrito. Es mi manera de brillar, de iluminar a otros con la esencia de Dios que se encuentra en mi interior. No soy el único que lo hace de esta forma, ni tampoco soy el mejor, pero soy el único que puede hacerlo desde mi posición.

"Solo Tú eres capaz de hacer algo de manera muy especial desde la posición en la que estás, porque Tú eres único."

Un artista nunca intenta ser el mejor. No es una competencia de egos. Un artista solo quiere expresarse.

Eso mismo deseo poder enseñarte en este día. 

Tú tienes todo lo que necesitas para brillar, para ser un artista en lo que haces. Ya la luz brilla dentro de ti. La capacidad creadora de Dios irradia desde el interior de tu ser, buscando impregnar a otros con esa misma luz.

Hay mucha gente a nuestro alrededor inyectando tinieblas en lo que hacen. Hay  muchas personas actuando con desagrado o indeferencia desde la posición en la que se encuentran. Lo vemos en todos lados, en lo político, en lo económico, en el supermercado, en el vecino de al lado, en nuestra casa, etc. 


Tú y yo estamos llamados a brillar en un nivel de conciencia superior.

Reza la frase: Una golondrina no hace verano, pero quien ve una golondrina espera ver otra detrás de ella. Tu luz puede alumbrar a otros. Tú puedes hacer que otros se inspiren a hacer lo mismo. Eres un faro hacia buenos puertos. No te canses de hacer lo correcto y hacerlo bien.

Una sola persona puede hacer la diferencia, ¿Qué tal si eres tú?

No dejes que tu luz se apague, no agregues oscuridad a tu oficio, trabajo, responsabilidad o actividad. 

Ponle pasión a lo que haces, y empieza  a brillar.



Con todo lo que hemos descrito, puede que te sientas en una encrucijada.  Estoy seguro que al igual que yo, hay cosas que no estás haciendo con la pasión y la excelencia que amerita, pero al igual que a mí, te impulsa un deseo en lo interno para hacer que las cosas funcionen mejor de lo que es ahora.

Nuestro problema al respecto está ligado estrictamente a lo que creemos acerca de nosotros mismos.

Se nos ha enseñado a no pensar más allá de lo que vemos. En nuestro desarrollo como personas, son los miedos y las inseguridades las que han puesto barreras para que no crezcamos. 

Cuando niño, recuerdo que me atraía mucho el diseño y construcción de edificios, y que una vez comenté en  mi casa que quería ser arquitecto. Inmediatamente como dicen en mi tierra me bajaron del autobús, porque la carrera de arquitectura era muy costosa. No puedo asegurar que esa era precisamente la profesión que quería ejercer, de hecho, no siento ningún tipo de  frustración al respecto, pero es innegable que estas palabras mataron en cierta forma mi posibilidad de soñar acerca de eso.

¿Cuántas veces  nos hemos enfrentado a una situación así? ¿Cuántas veces se lo hemos hecho nosotros mismos a otros?

Siendo luz, estamos llamados a iluminar el camino de otros. 

Como padres, estamos en la obligación de promover y alimentar cualquier tipo de emprendimiento que nuestros hijos quieran ejecutar, considerando siempre todos los atributos que les permitan hacerlo: edad, salud, pertinencia, capacitación, seguridad, etc.

Debemos ayudarlos a encontrar su propio brillo, que puedan aprender a reflejar la luz de Dios en sus vidas. 

Es la forma en como ellos podrán encontrar el canal para expresar el ser que ellos son realmente.

Como esposos(as), estamos llamados a hacer lo mismo con nuestras parejas. En el matrimonio no hay competencias, cuando uno brilla, el otro brilla también. 

En ese aspecto yo he entendido que cuando mi esposa es feliz al igual que yo, todo lo que hacemos sale bien. El matrimonio camina correctamente cuando los dos vemos claro el camino, y para eso necesitamos luz, la luz que irradia de nosotros.

Donde quiera que vaya, en mis charlas o conferencias, siempre declaro que mi matrimonio lo conforman tres personas: Ella, Yo y Dios. En este triunvirato, hay espacio para el crecimiento y  triunfo de todos. Somos un equipo. Cuando estoy concentrado en los asuntos que me hacen brillar, ella se encarga de tenerlo todo en orden, y cuando ella es la que necesita brillar, soy yo quien le brinda el apoyo. 

En mi casa siempre hay luz, siempre sabemos por donde y en que dirección caminar, porque a todos se nos permite brillar.

Nuestros hijos pueden sentir eso mismo y eso les da seguridad, la misma seguridad que se traduce en ellos para confiar plenamente en lo que hacen.


"Es necesaria esa confianza para saber que queremos, que podemos hacer y creernos capaz de conseguirlo."


¿Cuantos talentos estarán ocultos dentro de ti? ¿Cuánto de eso que te has propuesto a hacer en alguna oportunidad ha recibido más critica que apoyo? ¿Qué es eso en lo que realmente eres bueno(a) y no le has dado el valor necesario como para sentir que es especial?

No hay nada, por insignificante que sea, que no pueda hacerte brillar. 

El brillo, es lo que le agregará satisfacción a lo que haces. 

Estoy más que seguro que hay mucho del potencial creador de Dios en ti.

Como lo dice la lectura de la última lámina, cuando brillamos, mostramos el rostro de Dios a través de nosotros. Dios nos usa como un canal de su sabiduría, amor y poder. 

Para entender mejor esto, es importante encontrar respuesta a las siguientes preguntas:

- ¿Que no has logrado? ¿Qué deseas hacer? ¿En que quieres brillar?
- ¿Crees que es posible alcanzar eso que tienes en mente?
- ¿Qué obstaculiza el que inicies ese nuevo proyecto que tienes en mente?
- ¿Qué tipo de  motivación necesitas para arrancar?
- ¿Que aspectos de tu vida crees que necesitas cambiar para alcanzarlo?
- ¿Hay alguien que lo haya intentado antes que tú? ¿Cómo le ha ido con eso?
- ¿Crees que esa persona es superior a ti en algún aspecto? ¿Por qué?
- ¿Cómo te sentirías si lograras alcanzarlo? ¿Serías feliz?
- ¿Vale la pena el esfuerzo? 

Espero que estas preguntas te ayuden a entender que todas las posibilidades están en ti mismo(a).

Esto no se trata de capacidades u oportunidades, esto tiene que ver con lo que eres. 

Todo es posible si tú lo crees así.

Recuerda que algunos metales deben ser pulidos para que puedan reflejar la luz, pero en tu caso no necesitas ese pulido porque tu luz viene de adentro y esa  luz es Dios mismo.

Para finalizar, quisiera invitarte a que leas cuidadosamente la lámina final, y de ser posible la repitas para ti mismo todos los días.

No puedo ni pretendo ofrecerte soluciones mágicas, solo el conocimiento de quien eres en realidad, y de todo lo que eres capaz de hacer.

Dependemos completamente de nuestras creencias, y si logramos cambiar estas para bien, los resultados en lo que hacemos se verán de la misma forma.

Recuerda actuar  siempre en el sentido de ser una luz en el lugar donde estés. 

Hazte consciente que desde la posición en la que estás, ejerces un poder para influir positivamente a favor de otros. 

Eres un artista que trabaja sobre un lienzo particular,  y ese lienzo es tu propia vida, muéstrale a otros la belleza de tu arte, exhibe en cada cosa que hagas una parte de tu maravillosa y hermosa alma.


¡Brilla! ¡Brilla! ¡Has que las estrellas sientan envidia!


Muchas bendiciones par ti


Pastor César González



4 comentarios:

  1. Un texto reacareativo y reflexivo...que nos induce a analizar ese artista que llevamos dentro ...y que de manera oportuna en ocasiones sale al exterior ...el brillar ciertamente dependerá de cada uno..

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    1. Muchas gracias por tus comentarios y por seguirnos... Dios te bendiga

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