Trágicamente, en la historia de la humanidad, así como en la vida personal de cada uno de nosotros, hemos tenido muchas veces que lidiar nuestras propias batallas.
Muchos han tenido que tomar lamentablemente las armas para defenderse, mientras que otros han usado las palabras. Unos lo han hecho abiertamente cara a cara, mientras que otros lo hacen a la distancia. Otros, han encontrado aliados en sus luchas, mientras que muchos han tenido que enfrentar esas batallas sin más compañía que la propia. A muchos les ha tocado enfrentar de frente a otro ser humano, pero todos, irremediablemente, hemos tenido que luchar más cruentamente contra nosotros mismos.
Cualquiera que haya sido el tipo de batalla que hayamos tenido que afrontar, hay una verdad que nunca podremos dejar de lado: ¡No todas las batallas se ganan!; y contrario a lo que se pueda pensar, esto es bastante bueno.
Todos los días, desde que nos levantamos por la mañana, entramos en un campo de batalla. Lidiamos con los problemas cotidianos en nuestro hogar, por darle solución y satisfacción tanto a nuestras necesidades particulares como a las familiares. Muchos aún, intentan resolver problemas que están por encima de su entorno personal.
Desde la posición en la que estemos; profesional, familiar, espiritual, mental y personal; un solo pensamiento nos motiva y marca para cada día: Debemos luchar por todo aquello que deseamos alcanzar… o por lo menos eso es lo que pensamos.
Cierto que las cosas en la vida nunca vendrán fáciles, que todo tiene un esfuerzo, pero estas batallas no se reducen simplemente a alcanzar cosas tangibles.
En el fondo, cada uno de nosotros lucha en verdad por un fin único, un objetivo intangible: La Felicidad.
¿Qué es la felicidad? De verdad hay muchísimas respuestas para ello, y dependen tan solo de lo que cada quien espera de sí mismo y de su entono.
La felicidad es un bien intangible, que tiene muchos colores y matices. Está vinculada estrictamente a la visión de cada individuo. Pero a pesar de ser ese algo que todos anhelamos, la felicidad tiene un gran problema.
El problema con la felicidad, es que la gran mayoría, por no decir ninguno, tiene la certeza de lo que eso significa para sí mismo. Es lamentable, que aún desde niños nos enseñan o nos inducen a creer, que la felicidad está relacionada con alcanzar cosas o con hacer realidad los sueños, cuando en realidad es mucho más.
La felicidad es un algo que se construye, no es algo que se adquiere.
Ser feliz es una decisión de todos los días. Es una batalla constante contra uno mismo.
Alguien me enseñó alguna vez que no se puede ser feliz y tener la razón al mismo tiempo, y aunque confieso que al principio me negué rotundamente a esa expresión, mi propia batalla interna me demostró que era cierto, y allí sentí como esa realidad era inevitable. Ser feliz es un asunto de decisión.
Como decíamos al inicio, no todas las batallas se pueden ganar, y eso es completamente necesario y bueno.
Yo mismo palpé esa verdad, cuando durante mucho tiempo (no se imaginan siquiera como me puse), peleaba por tener la razón y al mismo tiempo ser feliz. Amigos, les confieso, que aunque puede que en algún momento eso se pueda lograr, es bastante difícil.
¿Saben cuando pude ganar esa batalla? Cuando decidí perder, aceptar que esa persona tenia la razón (y yo no), y entonces entendí que debía ser feliz.
En una oportunidad hablábamos sobre la ley del equilibrio. Decíamos que siempre que alguien gana hay otro que no lo hace, y usábamos en ese momento el ejemplo del matrimonio, porque solo uno entre varios candidatos es el indicado para llevarse a la chica.
Esa ley del equilibrio también puede aplicarse a lo interno para nosotros mismos, con un pequeño ajuste: Para ganar, hace falta perder muchas veces.
Esta frase me inspiró a escribir esta lección, y me inspiró a simplificarla para todos nosotros, en lo que me atrevería a llamar la ecuación de la felicidad
Felicidad = + positivo - negativo
Las palabras dichas por Jesús en el texto anterior, no deben entenderse como un llamado o invitación de él hacia la automutilación. Estas palabras fueron dichas en un contexto acerca del tema del adulterio.
En el texto se hace mención de cortar o sacar aquello que pueda llevarte a pecar. Por supuesto, que lo que nos hace pecar o errar no está ni en nuestros ojos y mucho menos en las manos. Lo que nos hace pecar está en nuestras mentes, en nuestras motivaciones.
Somos motivados erróneamente a creer que alcanzando aquello que nos provoca o nos es apetecible es una manera de lograr la felicidad. Esa frase que cita hay que darle al cuerpo lo que pida ha traído mas desgracias que alegría.
Hay varias cosas que son destacables en este pasaje. Una de ellas como lo dijimos ya, es el hecho de sacar o cortar eso que nos impulsa a cometer equivocaciones. Siempre nos podremos equivocar, eso es parte de “ser humanos”, pero hay equivocaciones que no son tal, porque se puede errar tratando de hacer el bien, pero haciendo lo malo, no podemos hablar de errores, sino más bien de malas motivaciones.
Una de las cosas que más traen infelicidad son las motivaciones incorrectas. Solemos esconder en nosotros muchas y malas motivaciones para hacer las cosas, producto de los traumas que hemos sufrido en nuestras vidas:
La ingratitud, el desapego por la familia, la infidelidad, el rencor, la rabia injustificada, el irrespeto por los demás, la murmuración, la altivez, la falta de solidaridad, etc.
Eso es precisamente lo que debemos arrancar de nosotros para empezar a disfrutar de una vida plena.
Reconozcamos, que mucha de nuestra infelicidad está relacionada con esos traumas que sobreviven en nosotros, y que nunca nos permitirán seguir adelante aunque sumemos cualquier cantidad de cosas buenas.
Es imposible tomar algo sin soltar nada. Recuerda que todos tenemos solo dos manos, pero también un solo corazón, que a veces no puede con tanto al mismo tiempo, y por eso es urgente que nos deshagamos de tanta carga innecesaria.
Muchas veces se requiere de ayuda profesional para poder salir de esos traumas, y poder avanzar en nuestras vidas, pero ningún terapeuta puede arrancar nada de nosotros, ellos solo están para mostrarnos el camino y proveernos de las herramientas.
Somos nosotros mismos los que debemos sacar la visión (ojo) distorsionada de las cosas que hay en nuestra mente, y somos también los únicos con la capacidad de cortar con las malas acciones (mano).
Para ser feliz, no es tan solo necesario sumar conocimiento y fe en Dios, se requiere también eliminar aquellos elementos que son incongruentes o incompatibles con ello.
Un deportista de alto rendimiento, por ejemplo, sacrifica muchos de sus gustos particulares (fiestas, trasnocho, comidas, alcohol, etc.) para poder dar la talla en su campo. Adicional a ese desprendimiento de cosas, debe agregar además, dietas, ejercicios, relajación, meditación, etc,
Como podemos ver, un mas siempre abarca un menos.
Hay que aprender a sumar cosas positivas y restar negativas para poder alcanzar la felicidad.
Estamos conscientes que eso de arrancar cosas de nuestra vida no es fácil, y por eso es que sugerimos que se recurra a ayuda profesional. De pronto, un buen amigo (de esos que hay pocos), que sea consciente de esta situación puede ayudar mucho, pero claramente es más difícil hacerlo solo.
Yo celebro cuando alguna persona cercana a mi entorno, hace los esfuerzos por mejorar su vida, y se traza un proyecto para hacer cambios en si mismo.
Conozco una persona, que para la vista de muchos (incluyéndome), era muy difícil que pudiera cambiar su vida como se lo estaba proponiendo. Dicha persona lamentablemente fue llevada desde muy pequeña a vivir de la prostitución. Ahora, después de muchos años de vivir esa vida, y con dos hijos a cuesta, ha decidido ir a una iglesia o darle cabida en su tiempo a escuchar el mensaje de Dios.
Muchos la tildan de hipócrita, porque aún asistiendo a la iglesia y convocando reuniones en su casa para leer la Biblia, ella sigue practicando su anterior oficio. No les puedo mentir, yo mismo me sumé a esos pensamientos, pero la experiencia me ha enseñado a ver las cosas con otro matiz.
No somos quienes para juzgarla. ¿Acaso las personas como ella no tienen derecho a buscar su felicidad por medio de la fe? Somos muy parcos y crueles en eso. Incluso a veces queremos ser más justos que Dios, lo cual es imposible. Nos creemos superiores a ella porque no tenemos ese oficio, pero déjenme decirles algo más, nosotros no somos muy diferentes a ella.
Ella al igual que nosotros padecemos del mismo problema. Queremos sumar cosas positivas a nuestra vida, pero nos cuesta (y a veces mucho) desprendernos de lo negativo en nosotros.
No podemos hacer de malabaristas, tratando de llevar tantas cosas con las mismas dos manos.
Debemos aprender a soltar lo negativo, para poder sumar lo positivo.
La regla es simple, es una ecuación sencilla, y no es complicada de aplicar en la realidad. Pero si es muy dolorosa.
Restar de nosotros lo negativo es más doloroso que difícil.
Estamos tan acostumbrados a comportarnos y a pensar de una forma específica, durante mucho tiempo y por causas muchas veces tan justificadas; que sentimos que todo esto que llevamos dentro, está tan incrustado en nuestros huesos que si lo quitamos podemos morir en el intento.
Por otro lado, está la otra posición, donde la persona no esta consciente de que debe hacer esos cambios e intenta fallidamente en mejorar su vida. Todo tiene su causa y efecto. Si hacemos o dejamos de hacer algo, eso producirá un resultado determinado. Nada es casual.
Por eso, aunque duela, hay que tomar decisiones que a veces resultará en perder algunas batallas, y algunos soldados también.
Tomemos como ejemplo de esto, la amistad dentro del plano de las relaciones personales.
Para poder sumar buenas amistades, lamentablemente habrá que deshacernos de algunas otras. Digo esto, no porque haya un número determinado de amigos que podamos manejar, solo que hay amistades que por fidelidad nuestra, por tiempo, y por lástima (perdón por usar esa palabra), hemos conservado con nosotros a pesar de lo tóxica o negativa que esta pueda ser.
Por favor, no quiero ser malinterpretado. Estoy convencido que todos tenemos algo bueno que ofrecer, pero no todo el mundo puede pertenecer a nuestro circulo intimo. Eso me costó entenderlo a mi mismo, por lo cual, se de que estoy hablando.
Cada quien conoce el tipo de persona que le acompaña. Sabemos quienes nos son fieles (muy valioso) y quienes no. Por otro lado, hay quienes a pesar de no aportar aparentemente nada a la relación de amistad, son personas que están allí para aprender de nosotros, y eso no está mal, porque considero que siempre debemos estar abiertos para ayudar a los demás. Pero hay otras que hay que mantener fuera de ese círculo íntimo, porque muchas veces no nos ofrecen esa garantía de fidelidad y de comunión que debe haber entre amigos, e incluso pueden llegar a entorpecer cualquier otro vinculo que tengamos.
Debemos estar dispuestos a renunciar a ese tipo de personas para poder construir amistades fuertes y verdaderas para toda la vida, sin caer por supuesto en el menosprecio. Hay amistades para todo nivel, algunas deben estar más cercanas que otras.
En el campo personal, son muchas mas la cosas que hay que sacrificar y perder para poder ganar lo mejor.
Como decía anteriormente. No es suficiente con que vayas a una iglesia, que tomes cursos de crecimiento personal, o que te anotes en clases de yoga.
Todo esto son acciones positivas que necesitan urgentemente ser acompañadas de una renunciación.
Si vamos a la iglesia todos los domingos, pero mantenemos un conflicto con nuestros vecinos, no nos estamos ayudando mucho. Si tomo clases de crecimiento personal, y no resuelvo mis problemas de autoestima, tampoco voy a lograr gran cosa.
Todo lo que amerita crecimiento, implica sacrificio.
Creo que la profesión más difícil de desempeñar es la del psicólogo. Ellos durante sus estudios, aprenden infinidad de herramientas y adquieren mucho conocimiento para poder ayudar a otros a sobrellevar sus problemas. Pero como bien reconocen, todos tenemos traumas, y ellos mismo son seres humanos propensos a problemas emocionales, por eso, entre ellos mismos se apoyan y se consultan, porque nadie es infalible.
De allí precisamente se demuestra, que la felicidad no es “algo” que “alguien” pueda otorgarnos. La felicidad dependerá únicamente en la forma en como sumamos elementos positivos a nuestra vida, y como restamos aquellos que nos entorpecen.
Ser feliz es una decisión de cada día, y es también una batalla, donde muchas veces es necesario perder.
Perder no es del todo una palabra mala o negativa.
Se deben perder los dientes de leche para que vengan los de hueso.
Hay quienes pierden un avión y se han salvado de un accidente.
Perder un matrimonio, puede llevarte a tener una relación nueva con mejores expectativas.
Hay quienes perdiendo una batalla, consiguen ganar una guerra.
Y otro ejemplo, que bien conocemos los hombres casados: Perder en una discusión con tu esposa, puede salvarte la vida o que duermas en el sofá :)
En definitiva, hace falta perder para poder ganar.
Dios Padre, sabe muy bien lo que es perder. Él sacrificó la vida de su único hijo (Cristo), para obtener muchísimos más en la humanidad. Dios es el ejemplo fidedigno de que para obtener algo mejor, debemos renuncia aún a aquello que más amamos o a lo que estamos mas apegados.
Puede que el orgullo, la altivez y la vanidad, alguna vez pudieron ser importantes y relevantes para ayudarnos a vencer algunos problemas del pasado, pero si no renunciamos a ellas, despreciamos la oportunidad de amar con libertad y sin prejuicios.
Causa y efecto, es lo más cercano a entender esa ecuación de la felicidad de la que hemos hablado.
Sumar mas en lo positivo, mientras restamos más en lo negativo, crea el balance para poder ver reflejados los cambios en nuestras vidas.
Esa es la explicación del porque muchos iniciaron un camino de redención personal, concluyeron totalmente derrotados.
Los recuerdos de un mal matrimonio, pueden ser reemplazados por recuerdos mas frescos y agradables de una relación sana. Eso aplica para cualquier mal recuerdo. No es solo tratar de olvidar lo malo, se requiere también tratar de recordar lo bueno para poder ser restaurados.
Un alcohólico regenerado, no solo necesita dejar de beber (- negativo), también requiere fortalecer (+ positivo) su sistema de valores, es por ello, que parte de la terapia a la cual son sometidos, incluye la adhesión de conocimiento espiritual. Esto último ha sido la clave para abordar este y otros temas, como el asunto de las personas que se encuentran en prisión.
Solo la renunciación a lo negativo acompañada de la inclusión de lo espiritual puede rescatar verdaderamente a un adicto en todos los sentidos.
Perder o renunciar a algo puede ser la mejor opción en algún momento de nuestra vida.
En contraposición al dolor de perder, se encuentra el gozo y la alegría de ganar.
Sumar positivo siempre será motivo de satisfacción, pero como ya dijimos anteriormente, esos triunfos o victorias nunca serán completos y perfectos, sino estamos en la disposición de renunciar a aquello que nos hace un contrapeso.
Un globo, debe soltar pesos para poder ascender, mientras que un submarino debe ganar peso para poder ir mas profundo.
Ese a mi parecer es la representación ideal de lo que el peso de los elementos negativos en nuestras vidas puede producir.
Yo animo a la gente a que se prepare. El conocimiento siempre suma en vez de restar.
En estos tiempos de cuarentena, mi esposa y yo nos embarcamos en una de aprender y prepararnos en todo aquello que nos gusta o que deseábamos saber. Desde leer libros, hasta lo de hacer cursos virtuales, ha sido nuestra ocupación del día a día. Incluso, gran parte de lo que hemos aprendido en este tiempo, lo hemos reflejado a través de estas lecciones, pero muchas otras cosas, se mantienen para nuestro uso personal. Lo importante es que todo lo que estamos haciendo, busca sumar en positivo, ayudándonos por ejemplo, a descontar lo negativo de la situación, como: el aburrimiento, el hastío, la monotonía, la ociosidad, y pare de contar.
A veces estudiamos en pareja, otras de manera individual, y muchas de manera mixta. El asunto es que aprendimos a sumar en un momento donde es mas fácil restar.
De nada sirve que agreguemos conocimiento a una mente llena de quejas, lamentos o frustración; porque a la larga, todo ese saber pierde la fuerza, para poder penetrar la barrera causada por lo anterior.
Si no hacemos un esfuerzo para renunciar a todas esas emociones, será muy difícil sacarle provecho al tiempo invertido en estudiar.
El conocimiento no lo es todo, sin una buena actitud.
Romper la barrera de esas cosas negativas en nosotros, solo es posible con la ayuda de Dios, y de entender que esto es un proceso que se debe vivir paulatinamente, y por etapas.
Todo lo que hemos planteado acá, no es invención nuestra, de hecho, es resultado de experiencias propias y ajenas.
Sumar positivos y restar negativos, nos corresponde hacerlo a cada uno en particular.
Uno de los secretos del éxito de nuestro matrimonio, es que mi esposa y yo hemos entendido esa ecuación. Aun mucho antes de la pandemia, siempre nos hemos enfocado en aprender para enseñar, y en el camino, nuestras vidas se han ido transformando para bien en el proceso.
Lo bueno de hacerlo juntos es el hecho de poder estimularnos mutuamente para que lo aprendido pueda ser más fácil de desarrollar. También implica, que los sacrificios pueden ser compartidos y las perdidas sean menos dolorosas, porque el otro estará allí para entender tu proceso y te apoyará en amor, recordándote que la recompensa es mucho mejor.
Sumar valores en cada estación de nuestro aprendizaje, nos ha traído maravillosos resultados, como pareja, como padres y como personas.
Hemos añadido fe a todas nuestras palabras, y esas palabras las hemos respaldado con acciones correctas. Lo mejor de todo, es que de forma automática, dichas acciones, nos han permitido agregar personas de mucho valor a nuestras vidas, así como también, nos ha permitido disfrutar de buenos momentos.
Pero no todo ha sido sumar.
En el camino, también hemos perdido mucho. Algunas cosas nos han dolido mas que otras, y otras aún nos duelen. Es como esa vieja cicatriz que de vez en cuando te molesta para recordarte por todo lo que has pasado.
Las perdidas mas dolorosas comprenden las personas que ya no están contigo, porque simplemente ya no pueden estar o porque decidieron irse. En ambos casos entendimos que todo tiene un propósito, y sabemos, que Dios tiene el control y cuidado de todos nosotros.
Aunque ya sana esa herida, de vez en cuando molesta, pero para bien.
Por eso, no me cabe la menor duda, de que no hay nada mejor que conseguir un compañero de viaje que esté a la par contigo y tenga las mismas motivaciones. Lamento que todavía algunos no lo hayan conseguido aún, pero estoy seguro que debe estar mas cerca de lo que ellos creen.
Esto de sumar positivo y restar negativo al mismo tiempo, puede tornarse un poco obsesivo, pero te aseguro que una obsesión buena.
Ya para finalizar, necesito recordarte que la felicidad es una decisión de todos los días. Que solo tú tienes la forma de hacer que esta ecuación funcione para ti.
Esfuérzate por sumar alegrías y restar tristezas (imposible eliminarlas todas) .
No te llenes de preocupaciones, antes bien, provéete a ti mismo de momentos de distracción y descanso.
Resta un poco de ociosidad, y aprovecha el tiempo de tal forma que no necesites de más para cumplir tus obligaciones, y no tengas así que restárselo a tu familia.
Prepárate todo lo que puedas, sobretodo para ser una mejor persona de lo que eres ahora, pero eso sí, empieza a restar todos aquellos hábitos que obstaculizan tu crecimiento.
Si necesitas ayuda, pídele o búscala en los lugares y con las personas correctas.
Para cerrar, quisiera comprometerte en dos (2) actividades muy sencillas que te propongo hacer para reforzar un poco más, todo lo que hemos aprendido en esta lección:
Toma una hoja y anota cada frase que se encuentra intencionalmente resaltada en negritas, para que luego la pongas en un lugar visible donde todos los días puedas leerlas, y así ayudarte a reprogramar tu mente.
Toma otra hoja, y divídela verticalmente con una raya en el medio. A la izquierda colocaras todas aquellas cosas positivas que crees tú debas agregar a tu vida, y del lado izquierdo coloca todas las negativas que piensas debes descartar de ella. No es necesario que la pongas en un lugar visible, pero si es bueno, que puedas tenerla a la mano para ir evaluando tu propio avance. Esto permitirá que puedas verte a ti mismo con sinceridad y que te haga consciente de trabajar por tu felicidad.
Ser Feliz te corresponde lograrlo a ti. Nadie más lo puede hacer.
Suma positivos y resta negativos, y todo será mucho más fácil.
Dios te Bendiga
Pastor César González
Excelente, muy bueno me gusta mucho sus publicaciones
ResponderBorrarGracias por leernos. Espero sea de bendición para tu vida
BorrarGracias !!! Muy buena la información.... me encanta 🥰
ResponderBorrarGracias por leernos. Muchas bendiciones
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