El carbón es un material que se encuentra en la naturaleza, el cual existe en profundidades de 140km a 190km en el manto terrestre. El carbón, al soportar presiones y temperaturas altas puede de manera natural convertirse en un diamante en bruto. A través de erupciones volcánicas profundas, el diamante en bruto es llevado a la superficie de la tierra. Ya en la superficie, en las manos del hombre, esa piedra entra en un proceso de purificación y perfección, lo que hace que obtenga un valor y belleza incalculables.
Llevando esto a nuestras vidas, te diría que todos los seres humanos somos ese carbón, y que la vida con sus presiones, problemas, situaciones y traumas, van haciendo de nosotros un diamante en bruto, siendo Dios esa mano que hizo ya su trabajo de purificación y perfección, convirtiéndonos en diamantes invaluables.
Pero aun así, muchos de nosotros hemos decidido tener una "mentalidad de carbón" en vez de una "mentalidad de diamante".
El carbón y el diamante son el mismo material, la diferencia está en que el carbón, en su estado original, absorbe la luz, mientras que el diamante logra reflejarla, una vez procesado y transformado por las altas presiones.
Mi intención es mostrarte, que aunque las circunstancias de la vida nos han llevado a pensar que no somos valiosos, que no merecemos lo mejor, y que no somos capaces de lograr algo, hoy podemos escoger cambiar esos pensamientos y vivir una vida mas plena y feliz.
Una creencia muy sutil y que menoscaba nuestra autoestima, y es posible tenerla sin darnos cuenta de ello, es la creencia del "no me merezco" o como lo llamo yo: "La mentalidad de carbón". Es ese pensamiento que nos dice "quiero todo lo bueno, pero no me lo merezco".
El merecimiento suele gestarse en la infancia y la adolescencia con las experiencias vividas en el hogar, en la escuela y en la familia en general.
Si cuando fuimos pequeños nuestros padres nos decían: "si no te comes la comida, no verás televisión”, “si no haces la tarea no podrás salir a jugar"; en nuestro cerebro queda registrado: "yo no me merezco esto, si no he hecho algo bien antes".
Es posible también que en nuestra adolescencia nos gustara un joven atractivo y adinerado, y que algún adulto nos dijera: "ese chico no es para ti”, nuestra mente inconscientemente entiende que "no te mereces un chico con atractivo y dinero", y mas adelante en la vida adulta, cuando se nos acercase un hombre con esas características, lo rechazaríamos, porque el mensaje quedo grabado en esa etapa de nuestra vida.
Te pregunto: ¿Que cosas has dejado de hacer por no sentirte capaz?
¿A Cuantas entrevistas de trabajo has dejado de ir por no sentirte capaz de conseguirlo?
¿En Cuantas relaciones tóxicas te has quedado por no sentirte capaz de ser feliz sin él o ella?
¿En Cuantos empleos mal pagados has permanecido por no sentirte capaz de encontrar uno mejor?
Esto es lo que yo llamo: mentalidad de carbón.
Desde pequeños, somos bombardeados por mensajes que alimentan el no sentirnos dignos, ni valiosos, ni merecedores. A todos, en algún momento de nuestras vidas, se nos han presentado la oportunidad de tomar decisiones, que a simple vista parecen perfectas o sacadas de cuentos de hadas, pero aún así, las hemos rechazado sin entender porque.
Muchos hemos dicho o pensado alguna vez: ¡Dejé pasar la oportunidad de mi vida! Pudo ser una pareja perfecta, un trabajo perfecto o un negocio perfecto, el cual hemos rechazado y hasta el día de hoy, nos arrepentimos de la decisión que tomamos. Pero aún así, no logramos entender cómo sucedió; y es que esa sensación de no ser capaz o merecedor de algo, han sido los saboteadores de muchas decisiones.
En mi caso, cuando decidí hace algunos años emprender en mi negocio actual y dejar atrás el escritorio de una respetable institución en mi país, me enfrenté al desafío de vender mis productos, y fue muy difícil luchar con los pensamientos: "Yo no se vender", 'A mi no me van a comprar", "Hay otros vendedores mejores que yo"; y sin darme cuenta, mi mentalidad de carbón saboteaba las ventas, y no me iba tan bien económicamente. En este sencillo ejemplo, podemos ver lo sutil que llega a ser esta creencia de sentirnos no merecedores. No podía ver lo valiosa que era, ni las virtudes que tenia para desarrollar mi negocio.
Y como en mi caso, a mi alrededor, he podido observar también a personas con talentos increíbles, expertos en algún oficio o profesión, y cuyos servicios son muy demandados, pero sus finanzas no se corresponden con dicha demanda.
Cuando siento que no merezco ser exitoso, no merezco que me vaya bien, no merezco tener abundancia porque el dinero no fue hecho para mi, tengo problemas para darle un valor a mis conocimientos, no logro cobrar lo que vale mi experiencia, incluso puedo llegar a regalar mi trabajo, porque esa misma valoración que tengo de mí, la tengo por lo que hago y lo que produzco.
Por ello, es muy importante entender, que tan profunda es esta creencia de "no sentirnos merecedores en la vida", que debemos y necesitamos reprogramar dicha creencia, y vivir una vida más feliz, acorde a lo que Dios ha diseñado para nosotros.
Ahora, ¿cómo saber si me he sentido "no merecedor"?
* Cuando pienso que no soy suficientemente valioso, y me vuelvo envidioso hacia los otros, me comparo constantemente y creo que los demás son mejores que yo.
* Cuando necesito hacer cosas para que me quieran, y cuando las personas no responden como yo espero a mis esfuerzos, siento que fracaso, y soy una victima.
* Cuando necesito que mi pareja me recuerde constantemente que me ama, y aunque lo haga no me lo creo. Siento que me lo dice por lastima.
* Cuando necesito sacrificarme por los demás, y me olvido de mi, no cuidándome ni física ni emocionalmente.
* Cuando me siento inferior a otras personas, y necesito por ello ser el más atractivo, el más sociable e inteligente. Compito con todo el mundo.
* Cuando necesito que me quieran, y hago cosas que no me gustan por personas que no me importan y me siento utilizado.
* Cuando hago cosas que no quiero hacer para evitar rechazos, soy incapaz para decir NO, me lleno de tareas, y cuando al final me doy cuenta que no hacen lo mismo por mi, me siento agotado, fracasado y utilizado.
* Cuando no soporto que mi pareja haga cosas sin mí, porque sin mi pareja me siento vacío, necesito su valoración y aprobación constantemente.
* Cuando no puedo contarle a nadie mi problema, ni pedir ayuda para no disgustar ni molestar a los demás, lo cual me hace sentir solo y sin apoyo.
* Cuando necesito controlar a mi pareja y evitar que se fije en otra persona, necesito revisar su celular, y saber donde esta en todo momento porque su libertad me atemoriza.
Estoy segura que en algún momento de nuestras vidas, hemos experimentado uno o varios de estos pensamientos, y que en muchos de nosotros, subyace la creencia de que no merecemos ser queridos, aceptados o escuchados. Todos lo hemos vivido en alguna faceta de nuestra vida, en los negocios, las finanzas, en la pareja, etc., pero cuando ese sentimiento perdura en nosotros, hasta volverse el único cristal con el que miramos todas las cosas, podemos llegar a vivir una vida desgastante y muy agotadora, creyendo que debemos dar en exceso, para sentirnos merecedores de amor, dinero, trabajo, tiempo, etc.
Esta situación desgastante, es como la del hámster, que da vueltas en una rueda sin fin, sin llegar a ningún lado. De la misma forma sucede cuando damos, y damos de manera constante, sin recibir nada a cambio, llegando a un punto, en donde nos dará igual si nos aman o no, si nos dan el trabajo o no, si emprendemos un negocio o no; ya que estamos programados para no merecerlo.
Enviamos al mundo el mensaje de que no nos merecemos ser felices, ni ser exitosos, ni nos merecemos algo mejor, y aún así nos preguntamos: ¿Porque atraigo personas que me hacen daño? ¿Porque siempre quiebran mis negocios? ¿Porque no me aman?...
El valor que veo en mí, es el mismo valor que tienen las personas que atraemos.
Hace algunos años, tuve la oportunidad de vivir un divorcio de mi primer esposo, y detrás de ello las secuelas que esto conlleva, como una autoestima por el suelo y el miedo al fracaso. Con el pasar del tiempo, conocí a mi actual esposo, un hombre educado, caballero, inteligente, soltero, amoroso, romántico, con temor de Dios en su corazón, en realidad, el hombre perfecto para mí. ¿Sabes que pensé en ese momento? "Este hombre es demasiado bueno para mi", 'No merezco un hombre tan bueno', y casi pierdo la mejor oportunidad de mi vida, por pensamientos que boicoteaban mis relaciones: "no merezco", "no soy valiosa", etc. Hoy soy testimonio de que si se puede reprogramar dicho pensamiento y tener una mentalidad de diamante, y gracias a que decidí hacerlo hoy tengo un matrimonio feliz y de ejemplo para muchos.
Cuando tienes esa sensación de no sentirte suficiente o de sentirte menos que los demás, es porque dentro de ti no te aceptas, ni te valoras tal cual eres.
Cuando las personas se sienten no merecedoras, tienen por costumbre el “dar", sintiendo que no merecen recibir. Creen que tienen que dar mucho, y hacen un esfuerzo extremo, y al dar, se vacían por completo. Y no es que esté mal el dar, pero jamás debemos anteponer las necesidades de los demás antes que la de nosotros.
Aquellos que no sienten ser merecedores, tienden a necesitar ser el salvavidas de todos y el que resuelve los problemas de los demás, como parte de su deseo de ser amado o aceptado.
En el ambiente familiar, dar en exceso de tiempo, dinero, etc., hace que la pareja e hijos sean excelentes receptores y crean que esa persona tiene todo el tiempo libre para dar. Solo reciben, pero no se les enseña a dar.
En las relaciones de pareja, casi siempre hay uno de los dos, que como lo único que sabe hacer es dar, regularmente se terminan encontrando un conyugue holgazán, codependiente o con problemas de algún tipo, quien termina requiriendo de un salvavidas.
Cuando te aceptas y te valoras “das", pero también recibes, y eso te hace feliz.
¿Como reprogramar la mente para sentirse una persona merecedora y con mentalidad de diamante?
* Nutrirse emocionalmente: Hacernos conscientes de la diferencia que existe entre ser amado y ser demandado. Confundimos como amor, al que nos llama cada 5 minutos o al que necesita que hagamos una diligencia a su favor. Que nos necesiten y nos hagan sentir útil, no es amor.
Puedes tener una pareja que nunca te pide nada, porque es independiente y aun así que te ame con locura.
* Entender que sí existe el amor incondicional. Sé que es difícil porque nos han enseñado a condicionar el amor. Lo hacemos con los hijos al decirles: 'si me sacas buenas notas te compro lo que quieres"; también a la pareja: "si no vas con tus amigos, te recompenso en la noche", y así sucesivamente, para demostrar el punto de que para merecernos algo tenemos que dar algo a cambio.
En la vida si existe el amor incondicional, porque Dios lo creó de esa manera. Él nos ama tal cual somos, ya para el somos perfectos, y así mismo debería ser nuestro modelo en las relaciones.
NO TENGO QUE HACER NADA PARA MERECER TU AMOR
* Dedícate tiempo a ti mismo. Atiende tus necesidades, no te centres en dedicar todo tu tiempo a los demás, coloca de primero tus gustos, deseos y sueños.
* Dejar espacios vacíos. Esto implica, que no debemos hacerle todo a la gente. Hay que dejar que cada quien ocupe su lugar y cumpla con su parte de lo que tiene que hacer.
NO SEAS EL TODO DE UNA PERSONA, Y NO PERMITAS QUE OTRO SEA TU TODO
¿Porque vas a vivir en esclavitud? Creemos que dando todo nos hacemos indispensables e insustituibles, y a eso lo confundimos con amor.
* Debemos aceptar los elogios con agradecimiento, y repetir en nuestras mentes: "me permito aceptar los elogios con amor".
Todos merecemos ser feliz, y tener una vida mejor. Merecemos halagos y valoraciones positivas. Merecemos tener éxito. Negarnos a lo que no nos apetezca hacer. Merecemos ser amados y sentir placer. Merecemos amistades duraderas. Merecemos las recompensas de la vida, y cortar con todo lo que no nos hace feliz. Merecemos ser escuchados y que nos sucedan cosas buenas. Merecemos una vida plena.
Soy un hijo de Dios y merezco las bendiciones para mi vida.
Dios nos ve completos y perfectos. Él nos ve como un diamante ya pulido y listo para reflejar la luz en todas las áreas de nuestra vida.
Muchos después de esto pensarán: "Ok, amiga, todo me parece muy lindo, pero lo leo y lo leo y no me lo creo".
Quiero decirte que a mi también me pasó. Fueron muchos meses trabajando con mi amor propio, y aunque inicialmente veas estas afirmaciones como algo vacío que las repites y no pasa nada, quiero invitarte a llevarlo al siguiente nivel.
Usa "El Espejo"... sí, así como lees, todos mis problemas de autoestima los he superado con mi amigo "El Espejo". Te invito a que realices las afirmaciones frente a él todos los días. Repite en voz audible que mereces ser feliz, que te amen, que te vaya bien, que triunfes en tu negocio, etc.
Quiero además, compartir contigo, lo que yo llamo: mi afirmación de poder. Puedes tomarla como ejemplo y construir la tuya:
"Yo elijo vivir una vida llena de amor, respeto e igualdad. Elijo relaciones de amor y fidelidad. Con relaciones de amistad duraderas. Elijo vivir con alegría y plena felicidad, elijo vivir en abundancia. Veo la vida y la gente con amor, y llena de fe, porque me lo merezco."
Deberás ser constante y compasivo contigo mismo, ya que tienes toda una vida creyéndote "no merecedor".
Los resultados de este ejercicio diario, dependerán de cuanto lo creas, pensar lo contrario no es la verdad.
Brilla, porque está en tú naturaleza ser un Diamante con un valor incalculable. Enamórate de la persona que ves en el espejo, acéptate con tus imperfecciones, tú valor está en lo que eres y no en lo que haces, sólo así podrás atraer lo mejor para tu vida.
Todo lo que hay en tu vida, es lo que sientes que te mereces.
No permitas que las situaciones y las personas a tu alrededor te hagan sentir menos.
Para finalizar, te invito a reflexionar sobre este tema, y a realizar frente al espejo las afirmaciones que potencien tu valor.
Pregúntate a ti mismo: ¿QUE TE MERECES?
Encontrarás respuestas increíblemente maravillosas para ti.
Muchas bendiciones.
Lcda. Nathali Vilchez
Asi es creo que en algún momento nos hemos sentido no merecedor ! Unos más que otros ! A veces ni cuenta nos damos de todo y cuando abrimos los ojos ‘“Pensamos” que pasó ? Y todo comienza a tener sentido ! .... excelente !
ResponderBorrarGracias por tu comentario. Esperamos sea de bendición para tú vida
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