domingo, 27 de septiembre de 2020

El Poder de decir: TE AMO

 



Soy aficionado al cine, así como a la lectura y compartir largas horas de tertulias con familiares y amigos; por eso es muy común en mi hogar, encontrarnos alrededor de la TV, disfrutando de una buena película y/o un programa en particular.
 
Confieso que soy algo sensible a las películas con dramas familiares, a esos que tocan lo más profundo del corazón.
 
Previo a escribir para esta oportunidad, me tope con una escena muy conmovedora de un programa de TV, que me hizo reflexionar mucho, así como también me hizo derramar algunas lágrimas.
 
En la película, un hombre se debatía entre la vida y la muerte en una cama de hospital, y como ultimo recurso debían ponerlo bajo sedación para poder aplicar un tratamiento, que posiblemente le salvaría la vida o del cual no sobreviviría.
 
Por el solo hecho de no saber si despertaría para poder ver nuevamente a su familia, pidió (a pesar del dolor) que se le permitiera retrasar un día más el tratamiento para poder dejar todas las cosas arregladas en caso de fallecer.
 
Pero lo que mas deseaba este hombre, era pasar un tiempo de calidad con su familia, y decirles todo aquello que había en su corazón, antes de que no hubiese más tiempo para hacerlo de nuevo.
 
El hombre abrazaba a su hija pequeña, y a su esposa, y les pedía que no olvidaran que él las amaba. De hecho y por un largo rato, esas eran las únicas palabras que salían de sus labios.
 
¿Cuántas veces hemos visto una escena así? ¿A quien no se le ha arrugado el corazón viendo a un padre despidiéndose de su familia como si fuese la última vez que los verá?
 
¿Cuántos de nosotros hemos perdido la oportunidad de decir aquello que queríamos a una persona especial, pero a causa de lo súbito de las circunstancias no pudimos hacerlo? ¿Cuántos hemos tenido la  oportunidad de decirle a la gente que amamos, lo que significan para nosotros, y lo hemos dejado pasar? ¿Cuántas veces nos hemos arrepentido de no decirlo?
 
¿De cuánto tiempo crees disponer, antes de que ya no tengas esa oportunidad?
 
No sé en que momento, ni porque razón, la expresión: TE AMO, se convirtió en un tipo de frase prohibida.
 
Erróneamente, hemos asumido una especia de vergüenza o de incomodidad colectiva ante esta frase, que por el contrario, debería ser de uso común para todos nosotros, pero que muchas veces es ridiculizada y considerada cursi, hasta el extremo de llevarnos a cohibirnos de expresarla públicamente.
 
¿Por qué nos cuesta tanto decirlo? ¿Qué razones ocultas hay para no decirla con libertad? ¿Por qué nos cohibimos de expresar algo que sentimos?
 
Te propongo que avancemos juntos en este tema, y descubramos El Poder de decir: TE AMO…




La escena con la que iniciamos nuestra tema en el día de hoy, trajo recuerdos a mi mente sobre una película del 2007, llamada Post Data: Te Amo, la cual trata también sobre un enfermo terminal, quien deja a su viuda, un conjunto de cartas, donde le indicaba todos los pasos que debía seguir para poder continuar su vida sin él. Cada carta terminaba con esa frase.

Lo curioso de estos casos, al igual como en la vida real, es que la mayoría de las personas tendemos a expresar el afecto que sentimos, una vez que entendemos que ya no hay tiempo de más para hacerlo, o simplemente porque nos sentimos vulnerables.

Es muy triste como hoy día, hay parejas y familias enteras que no se prodigan afecto de manera frecuente. En cambio, son más las manifestaciones de queja e inconformidad que salen a relucir, aún de forma pública y ante extraños.

¿Por qué sucede esto? Estoy consciente, que hasta este momento hemos hecho muchas preguntas, sin haber respondido ninguna, pero irremediablemente, así como pueden existir distintos tipos de personas, en la misma forma hay infinidad de respuestas a las mismas.

En mi observación particular, por medio de las consejerías realizadas tanto a parejas como a familias enteras, he encontrado entre muchas otras circunstancias, una causa común para no decir: TE AMO.

Las respuestas a esto último y a casi todas las preguntas que hemos formulado, se encuentran en el ambiente familiar donde fuimos criados.

 Existe una dependencia primaria a los valores infundidos en el hogar. Si mamá y papá, nunca expresan su amor de manera recurrente entre ellos y con sus hijos, estos, verán las palabras TE AMO, como algo sumamente extraño o que solo se ve en las películas asociado al contexto privado de la pareja.

 En mi hogar, nos hemos dado a la tarea de infundir las expresiones de cariño de forma natural, tanto entre mi esposa y yo, como con nuestro hijos. No hay momento específico para dar un abrazo, besar o manifestarlo de forma verbal.

Soy padre de dos varones, y eso, a la vista de muchos, pudiera complicar o causar que las manifestaciones de cariño se reduzcan. Esa es una de las excusas mas utilizadas por muchos papás para no brindar amor a sus hijos, y eso constituye tanto una mentira, como una trampa en todo su esplendor.

Mi hijo de 7 años es un niño muy cariñoso. Una vez que se levanta por las mañanas, nos busca a su madre y a mí, para darnos un abrazo a cada uno. Pero no solo en las mañanas, porque a veces pierdo la cuenta de todas las veces que el lo hace durante el día. ¿Por qué lo hace? Yo les daré la explicación.

Desde que nació, mi hijo menor siempre recibió de  nosotros todas nuestras manifestaciones de amor, tanto físicas como verbales. Muchos consideran que eso es normal mientras son bebés o hasta que comienzan a ir a la escuela, pero para nosotros ha sido una constante de todos los días, sobretodo porque desde siempre, él ha manifestado una disposición y facilidad para expresar sus emociones.

En respuesta al amor recibido desde pequeño, mi hijo no ve el abrazo como una “cosa extraña” sino como una expresión natural, que tiene la libertad de hacer, para mostrar su afecto.

Con respecto a nuestro hijo de 14 años, su personalidad no es de abrazar a cada rato, sin embargo, cuando está feliz o muy agradecido, lo manifiesta libremente por medio de ese gesto, y lo más importante, es que no reniega ni huye del abrazo que otra persona le brinda.

Muchos creen que por criar varones, hacer este tipo de manifestaciones de afecto, pudiese causar alguna desviación en su preferencia sexual, pero a todos los que piensan así, les invito a que revisen las estadísticas, y encontrarán todo lo contrario. La mayoría de los problemas devenidos en desviaciones de las conductas sexuales, surgen en ambientes opresivos, carentes de afecto o cariño, con ausencia de una figura paterna sólida y/o por situaciones de carácter abusivo.

En ninguno de los casos, el exceso de amor o de manifestaciones de afecto hacia los varones (por ejemplo) ha sido el detonante de las desviaciones sexuales, por el contrario, me atrevería afirmar que producen un efecto totalmente opuesto.

En pocas palabras, estamos criando hombres, sanos emocionalmente y sensibles al afecto recíproco. Hoy en día, con tanta falta de valores, necesitamos levantar una nueva generación de hombres, que sean padres y esposos amorosos, pero sobretodo comprometidos.


¿Qué es entonces el amor?

El término amor no tiene en sí mismo una connotación sexual, y si así lo fuera, ¿por qué hay parejas entonces que les cuesta decirse: TE AMO?

Presumo de entender, que lo que mas cuesta con estas palabras, es la concepción (no errada) de que en sí misma, esta frase encierra mas de lo que aparentemente vemos.

Amar es comprometerse. Es un concepto que está más allá de una emoción. Amar es una decisión de todos los días.

Aunque no trataremos el tema del amor como concepto en este articulo, quiero que entiendas, que el problema que tenemos con el amor, radica principalmente, en que no sabemos lo que en realidad significa.

En definitiva, lo que entendamos por amor, es lo que nosotros manifestaremos a otros o trataremos de ocultar a los demás.

 

¿Porque es importante decir TE AMO?

Voy a proponerte en este punto un ejercicio. Toma papel y lápiz, y escribe para ti mismo cinco (5) pensamientos o emociones que tú sientes, cuando alguien especial para ti te dice: TE AMO.

(Tómate tu tiempo antes de continuar la lectura)

A continuación expondré varias de las razones más comunes que yo he encontrado, por las cuales creo que es importante decir TE AMO:

  1. Eleva la autoestima de ambas personas.
  2. Conforta y a la vez estimula al que escucha, haciéndolo sentir que es importante para alguien más.
  3. Condiciona tanto al emisor como al receptor, para activar una comunicación más afectiva.
  4. Rompe con los temores que tenemos acerca del amor.
  5. Crea una conceptualización particular del amor en las mentes de los involucrados.
  6. Consolida la sensación de cercanía y unión.
  7. Mantiene y fortalece el vínculo afectivo.
  8. Genera confianza.
  9. Activa las hormonas del placer y felicidad.
  10. Promueve un ambiente de concordia y entendimiento.

 

Compara tu lista con la nuestra, y si tienes alguna razón que nosotros no hayamos incluido en esta, por favor compártela, a través de cualquiera de nuestros canales de comunicación listados al final de este articulo.

Hay mucho poder en una sola frase.

Desde el día que nos casamos, tengo un juego con mi esposa que hacemos casi todos los días. Puede ser en la mañana o en cualquier momento del día, cuando la agarro por la cintura, y mirándole firmemente a los ojos, le pregunto: “¿Te he dicho hoy que TE AMO?”. Parte del juego es que ella responda: “No”, para que yo le diga: “No olvides que TE AMO”, a lo que ella finalmente responde: “Yo también TE AMO”.

Las respuestas pueden tener más o menos palabras, pero siempre terminan igual. ¿Por qué lo hacemos? Porque es nuestra forma de recordárnoslo todos los días, es la manera en como les decimos a nuestras mentes lo importante que somos el uno para el otro.

Hay muchas cosas que puedes hacer con tu pareja, pero algo que nunca debes olvidar es decirle que la amas.




Hay un poder grande en esa frase. Como ya dijimos antes, hay razones más que suficientes para darle el valor y el lugar, a las expresiones de nuestro amor a los seres que amamos.

Y eso involucra a todo el mundo, recuerda que el amor no es sexual, el amor es algo más, es espiritual, tiene vida propia. El amor es un reflejo de la naturaleza de Dios en nuestras vidas.

Nuestros hijos, padres, abuelos, pareja, amigos, compañeros, etc. Todos necesitan saber que les amamos, que son importantes para nosotros.

Todos merecemos escuchar un TE AMO sincero. Nuestros sentidos están conectados al cerebro de forma directa. Lo que escuchamos tiende a ser parte de lo que pensamos, y eso nos convierte en lo que somos.

Cuando mi niño pequeño comenzó a decirnos TE AMO, no fueron las primeras palabras que utilizó. Por alguna razón que no entendemos, o por haberlo escuchado de alguien más, él comenzó diciendo: “Te Quiero”, y cuando le preguntábamos el porque de esa frase, nos respondía que solo su mamá me podía amar a mi y yo a ella. ¿Dónde lo aprendió? ¿Quién se lo dijo?

A su corta edad, ya estaba influenciado por el mismo concepto erróneo del amor. A veces estoy por creer (y casi asegurar) que hay pensamientos y estructuras mentales que se transmiten a través de la genética. Necesitamos cambiar la genética de los pensamientos, por eso urge formar nuevas generaciones con actitudes más exitosas.

Muchos pensarán que le damos demasiada importancia a las palabras, lo que estas personas no entienden es que, las palabras tienen poder. Si no fuera así, no hiciéramos afirmaciones positivas sobre nosotros mismos. “Yo sí puedo” o “Yo lo voy a lograr”, también son palabras, y sin embargo las usamos para darnos ánimo, para condicionar nuestra mente para el éxito. ¿Son las palabras importantes? Muchísimo.

Un “Te Quiero”, jamás se sentirá igual que un TE AMO. Si fuera así, las personas no tendrían problemas en decir lo segundo, sin embargo, están propensas a decir más fácilmente Te Quiero.

Cada quien sabe los procesos mentales que se producen en su interior, pero hay una parte de nosotros que requiere hacerse consciente de esto.

Debemos dejar de temerle al amor en todo sentido. Es como si tratásemos de mitigar el posible sufrimiento que nos causaría una ruptura o decepción, minimizando el afecto que sentimos. Le enviamos una información al cerebro de que es mejor querer que amar, para así evitar el sufrimiento.

Imagínate si viniésemos de familias disfuncionales o de hogares violentos. ¿Cuál sería nuestra perspectiva acerca del amor? Seguro no dejaríamos espacios para creer y desarrollar el amor, de allí que el temor, nos lleva a no explorar su máxima expresión en nosotros, y por eso decir un TE AMO es una cosa muy difícil.

Así como lo que oyes, puede modificar tus pensamientos, cuando hablas ocurre lo mismo, porque cuando lo haces, tus oídos estás atentos a tus propias palabras, y eso modifica tu mente, y por ende tus acciones.

Cuando dices TE AMO, quien lo escucha primero eres tú, porque tus oídos están más cerca de tu boca, que los de la otra persona. Decir TE AMO te ayuda primeramente a ti, a tu forma de pensar.

Si aún piensas que TE AMO es una frase demasiado extraordinaria (y lo es) como para decirla tan libremente, entonces ¿Por qué negarte a vivir extraordinariamente todos los días?




Recuerda que lo que nosotros creemos es precisamente lo que tendremos.

Te reto a que cambies tu manera de pensar acerca del amor, y usa esta poderosa frase todos los días de tu vida.

¿Amas a tu pareja, a tus hijos, a tus padres o a tus amigos? ¿Por qué no decírselos? No sigas alimentando la falsa creencia de que decir TE AMO está prohibido.

Créelo, y ama sin reservas, pero sobretodo, has que los otros lo sepan.

Es muy probable que a ti no se te dé mucho eso de hablar de tus sentimientos, que eres mejor haciendo cosas por los demás para demostrarles cuanto les amas. Eso no está mal, pero ten presente siempre que no todos entenderán lo que quieres decir a menos que se los digas.

No es solamente amar, es importante hacerte entender.

Hay muchas cosas que damos por sobrentendidas, no significa que los demás sean ignorantes o que no sean capaces de darse cuenta de la forma especial en como tú los amas, el problema está en que no todos manejamos los mismos conceptos ni los mismos códigos.

¿Quieres que sepan cuanto les amas? Díselos, estoy seguro que no te arrepentirás.

Multiplícate en abrazos, en caricias y en obras para los seres que amas, pero no olvides las palabras, ellas tienen mucho poder.

Activa la mente de tus seres amados, has que germinen en ellos las acciones y las palabras, que cambiarán los pensamientos de todos uds.

Tan solo comienza, diciendo TE AMO.

Por cierto, ¿Les he dicho alguna vez que les amo?, si no lo he hecho, espero sepan disculparme, porque los amo desde lo mas profundo de mi ser, aún sin conocerles.

Espero que vivas feliz, que ames con todas las fuerza de tu corazón y que abras tu boca para decirlo…


Muchas bendiciones…  

 

Pastor César González

 

De bono les obsequio uno de mis versos…


 

El Porque Decir Te Amo

 

Te amo, porque existes, por ver el sol cada día,

Por rendirte a mis favores, por irradiar tu alegría,

Por celar cada instante conmigo, por curtir de mí tu vida,

Por llenarme de emociones, por darme aún lo que no pedía.

 

Te amo, es un sendero, que recorro para estar contigo,

Es la llave que abre el cofre, de tu tesoro escondido,

Es lo que me quita la vida,  mientras en ti resucito,

Es el gozo callado, de todo lo que en ti vivo.

 

Por eso el Te Amo, se volvió un decir fascinante,

Un abreboca a tu boca, por demás cautivante,

Esa, que de manjares lisonjeros, me trae expectante,

Un Te Amo, que solo en un beso, puede confortarse.




miércoles, 23 de septiembre de 2020

Cuestión de Fe




Contrario a lo que puedan pensar, como ser humano, esposo y padre de familia, no soy ajeno, a las incertidumbres que hoy en día embargan al resto de las personas. Pienso de hecho, que de alguna forma, estoy más que comprometido con la situación presente, en aras de aportar soluciones y caminos alternativos, que nos permitan dar respuestas a estas incertidumbres.

Pero debo confesar, que no tengo todas las respuestas que quisiera, o por lo menos no lo tengo todo tan claro como desearía, porque estoy consciente de  mis limitaciones intelectuales, físicas y espirituales, y de la falta de experiencia en muchos aspectos, lo cual, no me  permite aportar ideas claras sobre los mismos.

Sin embargo, he tenido la dicha de contar con mucha gente sabia a mi alrededor durante mi caminar, quienes me han enseñado a atesorar y a poner en ejercicio cada fibra de mi ser, para vibrar acompasadamente, con el conocimiento recibido de ellos y por medio de muchas otras vías, como lo son los libros, la observación de mi entorno y la meditación.

Parte de ese conocimiento, el cual esgrimo en todos mis escritos con mucho orgullo y convicción, es el que está vinculado a mi experiencia personal con Dios, desde hace más de 36 años (aunque puedo asegurar que es desde antes de nacer).

En todo ese tiempo, el ejercitar mi fe en Dios, ha sido la constante en todas las circunstancias en las que me he visto involucrado, y ha marcado de igual forma, la evolución de todo mí ser interior hasta la fecha. No hay nada que yo pueda decirte donde no esté involucrado Dios. Él es mi norte y mi fin último.

La ventaja de haber escogido este camino o estilo de vida, es haber entendido principalmente, que como seres humanos, estamos más conectados con Dios de lo que nosotros mismos pensamos. No hay barreras entre Él y nosotros, mas que las generadas por la ignorancia de aquello que no conocemos, así como tampoco, existe ninguna condición o estado en nuestro ser que nos exija estar separados de Él.

Con todo respeto a este vínculo que hemos construido entre nosotros, me tomo la libertad de hablarte acerca de la fe sin ningún tipo de sesgo religioso o ideológico.

La fe, constituye un tema tan trascendental, como cotidiano, y aunque es muy conocida como término, desconocemos en gran medida, su correcta aplicabilidad para nuestras vidas.

Quiero que me acompañes a analizar este maravilloso tema, desde una óptica  particular, añadiendo en el camino, un mayor conocimiento de nosotros mismos.



 

Cuando me preguntan por lo que nos depara el futuro, es muy difícil encontrar en mis labios, una respuesta diferente, a la de afirmar que: “todo estará muy bien”. Y esta respuesta no es porque me sienta optimista o porque tenga un plan debajo de la manga, el cual no he querido revelar.

Es así, porque yo lo creo, y porque yo lo creo, es así.

Lo anterior es lo que nosotros denominamos fe.

Si me preguntas ¿tiene que ver la fe con ser positivo? Mi respuesta tajante será: NO.

La fe no tiene que ver con el positivismo mental. La fe proviene de lo mas profundo de nuestro ser. Es parte del depósito de Dios en nosotros, desde nuestra concepción. No es algo que debemos procurar tener, porque es parte de nuestra naturaleza como seres humanos. Es un don que Dios nos entregó, no es algo externo que se introduce en nosotros.

Por definición lingüística, en el idioma original, la palabra fe se traduce en confianza, pero también en fidelidad.

Tener fe es confiar, pero a la vez implica ser fiel a eso en lo que confías.

Es por ello, que la fe está ligada al creer. Cuando creemos en algo, lo primero que depositamos en ello es nuestra confianza. Creer en algo o en alguien, revela nuestro compromiso, y el grado del mismo determina nuestra fidelidad.

Somos fieles únicamente a aquello en lo cual creemos.

Esto último puede estar relacionado con una persona, con una institución, con una habilidad que poseamos, con un pensamiento, etc.

¿Por qué creemos?

Dios se aseguró que nosotros poseyéramos la capacidad de creer, aún antes de estar conscientes de ello. Es por eso, que la humanidad entera, en cualquier parte del mundo, cualquiera que sea su cultura o su condición social, de alguna forma, siempre está en la búsqueda de “creer en algo” ¿Por qué es esto así?

Te responderé con un ejemplo. Cuando vemos un estanque, donde el agua aparentemente no se mueve, asumimos que todo está tranquilo. Pero resulta, que las moléculas del agua, en estado líquido, están en continuo movimiento, por eso, aunque imperceptible a la vista, siempre el agua tratará de desplazarse más allá del medio que la contiene. La movilidad está en sus moléculas.

De esa misma forma, la fe en el ser humano, buscará siempre ese elemento conectivo con su creador, muchas veces, abrazando ideologías o creencias  no acordes al propósito para el que fueron diseñadas.

Queramos o no, está en nuestro ser, la necesidad de subsanar el apetito de nuestra fe. Todos respondemos funcionalmente a este principio marcado en nuestro ADN, en mayor o menor grado.

Toda tu búsqueda de algo más allá de lo visible, de reconocerte como un ser por encima de lo biológico, de conectarte con la energía que te envuelve, de proyectar tu mente más allá de un simple conocimiento intelectual, todo eso y más, es tu fe interactuando, con el objeto de desarrollar el propósito que la define: Conectarse con Dios.

No podemos deshacernos de la fe, así como no podemos eliminar a capricho una molécula de nuestro cuerpo.

Como los músculos del cuerpo, hay que ejercitar la fe para sacarle el mayor provecho.

Al inicio te mencioné, que a lo largo de mi vida me he visto en circunstancias, donde me he visto forzado a ejercitar mi fe, pero viéndolo mas claro en la actualidad, me atrevo a afirmar, que no hay día ni momento en donde la fe no sea sometida a prueba.

Creo que el tiempo presente es una evidencia de ello. No es posible negar que esta situación de pandemia mundial, haya concebido en sí misma, distintas formas para ponernos a prueba. 

Se requiere más que positivismo para afrontar los retos de cada día. En la región donde vivo por ejemplo, aunado a los inconvenientes ya establecidos por la situación de cuarentena social, se han sumado problemas graves en los servicios públicos, como lo son: agua, gas, electricidad, transporte, abastecimiento de combustible, Internet, etc.

Cuando uno junta todo esto, en un único momento histórico, solo puedes asemejarlo a una situación de guerra, donde no hay nada garantizado, nada funcionando enteramente, y donde las posibilidades de que mejore no se vislumbran a corto plazo.

¿Cómo afrontar una situación así? ¿Cómo mantenerse firme ante lo que parece ser una situación infranqueable?

 



En el texto que inicia esta sección, encontramos una definición bíblica muy popular entre los creyentes para describir lo que es la fe.

Como todo en la vida, hay aspectos que tienen más de un punto de vista, y la fe no escapa de ello.

La fe es como una moneda con dos caras o lados, donde cada uno es el complemento del otro, pero ambos son muy diferentes.

La fe primeramente, es la convicción de cosas que se esperan como si ya fueran realidad.

En este aspecto, la fe apunta hacia nuestra esperanza. ¿Que es la esperanza?

La esperanza es el estado de ánimo, en el cual se cree que aquello que uno desea o pretende es posible.

Tener fe puede estar relacionado con creer en algo antes de que suceda.  Este es el lado de la fe que más asociamos con el futuro. Concebimos que algo grande o mejor podrá suceder, y solemos apegarnos a esa creencia con confianza y fidelidad.

Esperamos un “algo” que no está presente de momento, pero sabemos que va a llegar tal cual está preestablecido. 

Nos aferramos así a creer que vendrán mejores tiempos, que las cosas mejorarán al solventarse la situación presente, y que después de esta larga espera, las cosas volverán a encausarse como es debido.

De la misma forma, nos vemos muchas veces a nosotros mismos. Nos vislumbramos siendo exitosos o superando todos los obstáculos. Creemos esperanzadamente en que podremos levantar a nuestras familias, de la situación de zozobra en que vivimos, que alcanzaremos a recuperar todo lo que hemos perdido, etc.

Todo lo anterior está muy bien, y a nadie puede criticársele por pensar así, de hecho, lo que mas requerimos para ver nuestro futuro de una manera mas prometedora es la fe, sin eso es imposible que podamos visualizarlo así.

Este tipo de fe trae esperanza, y la esperanza es muy importante para poder reconciliar nuestro presente, con la idea que tenemos de nosotros mismos o del entorno, pero no es suficiente, porque está basada en hechos o cosas que aún no son palpables, porque son “cosas que esperamos”.

El único problema de la fe en esperanza, es que al esperar por “algo que viene”, nos enfocamos en el futuro, sin darle respuesta a lo presente.

Cuando solo esperamos, cometemos muchas veces el error, de esperar en vano, porque no le damos cabida a buscar en lo presente, las respuestas que necesitamos, y esto sucede, porque ignoramos que están allí.

Muchas veces oramos por cosas que ya tenemos, creyendo que falta un mover especial de Dios para que se hagan realidad. Pero están allí, y la mayor parte del tiempo lo  ignoramos, y otras veces, simplemente no las aceptamos como son.

En mi experiencia, he escuchado personas clamándole a Dios por ejemplo, para tener mas amor por las personas o para ser mas tolerantes, y resulta que ya todo eso está dentro de nosotros, solo que al igual que la fe, no lo hemos ejercitado. Incluso hay quienes esperan por recibir una instrucción “de arriba” para tomar decisiones, y resulta que ya Dios ha dispuesto todo delante de la persona para hacerlo, solo que sus temores e inseguridades no le permiten verlo con claridad.

Dios dispuso ya la gran mayoría de las cosas, para que tan solo tú y yo nos apropiemos de ellas.

La fe es también, la revelación de las cosas que no se ven.

Esto último es lo que erróneamente confundimos con positivismo. Esta otra cara de la fe, complementa con la primera, pero es muy distinta a ella, debido a que en este punto, la confianza y fidelidad están asociadas al presente y no al futuro.

Esta fe se basa en elementos concretos, en hechos ya manifiestos, pero que al ojo inexperto le son “invisibles”.

Lo que mucha gente no ha entendido, incluyendo en esta lista a los mas acérrimos creyentes, es que la mayoría, más bien, el total de “cosas” que Dios ha destinado para nosotros, ya nos fueron entregadas, y que por  ignorancia de nuestra parte, no las hemos desarrollado a nuestro favor.

 

Al igual que la fe, dones tan maravillosos como el amor, la bondad, la paz, la alegría, el dominio propio, etc. (Gálatas 5.22-23), ya se encuentran dentro de nosotros, a la espera que los desarrollemos, no en el futuro, sino en el ahora.

No hay nada que esperar, Dios ya todo lo dispuso en su diseño de ti, para que alcances tus metas y objetivos.

Ignorar esto, es lo que nos enceguece completamente, hace que todo lo que Dios nos dio, se mantenga escondido de nuestra vista. Lo que no vemos, no implica que no exista.

Confiar en un futuro mejor, te permitirá fortalecer tu esperanza, pero no te ayudará a solventar la situación presente. Lo actual, lo que en este momento  demanda una acción de tu parte, solo puede ser solucionado en el plano de la confianza y fidelidad de lo que Dios ha depositado en ti.

Puede que con esta situación mundial, hayas perdido tu trabajo y que de momento estás confiando que al terminar todo este problema, lo recuperarás o encontrarás algo mejor, pero en este instante, esa esperanza no traerá comida a la mesa de tu familia. Debes mirar lo que tienes ahora, visualiza el potencial que tienes. Hazte consciente de las cosas que has aprendido, de las habilidades y destrezas que dominas. Mira tu situación con otra óptica, no solo enfocado en lo que hacías antes de esto, ni en lo que harás, sino en lo que puedes hacer ahora.

La razón principal por la que la fe orientada en lo presente se complementa con la fe esperanzadora, es que con la primera, podrás evaluar y aprovechar las oportunidades que tienes en el ahora, y esto, se convertirán en un punto de referencia para lo que esperas de ti en el futuro.

Ya hay gente que está reconsiderando si volver o no a sus antiguos trabajos, porque han encontrado nuevas y mejores formas de ganarse la vida, y ser aún más exitosos de lo que eran antes.

La fe basada en lo presente, ve oportunidades en medio de la adversidad, y saca a relucir el potencial que hay dentro de cada uno de nosotros.

Una de las cosas que he aprendido a amar de toda esta situación de la cuarentena social, es que me ha dado la oportunidad de hacer cosas que me gustan muchísimo, como escribir. Pero el regalo más maravilloso de todos, es la oportunidad de estar en casa con mi familia mucho más tiempo. Eso no quisiera cambiarlo por nada del mundo.

Todo lo anterior me ha llevado a reconsiderar muchas cosas, principalmente la administración de mi tiempo y las expectativas laborales del futuro. Me he dado cuenta, que hay múltiples formas de alcanzar los niveles de ingreso que necesito, mas allá y aún mejor que de la manera convencional.

Buscando en mi mismo, encontré esas dotes no reveladas con anterioridad, y que ahora he podido sacar a la luz. He encontrado aún mayor confianza en mis talentos, y esa concienciación acerca de mi, me ha generado fe hacia mi mismo, basado primeramente en la que siento hacia Dios y a lo que el ha hecho por mi.

Aprendí a conjugar el verbo creer para mi mismo. Yo creo en mí.

Hay cosas que Dios está haciendo tras bastidores en el mundo, de las cuales no estamos apercibidos. En el ámbito de lo espiritual, el de lo invisible, hay una realidad que supera por mucho lo que vemos, y está allí disponible para  nosotros. Apenas estamos viendo la punta del iceberg de las cosas que se están conjugando de forma oculta, cosas que lejos de preocuparnos, nos llaman a estar apercibidos y preparados.

Hay cambios que Dios está haciendo en los corazones de muchas personas alrededor del mundo, de los cuales ni nos damos cuenta.

Hay cambios que ya Dios empezó a hacer dentro de ti, y otros que ya están culminados, que solo necesitan ser revelados a nuestro consciente para poderlos desarrollar.

Cree firmemente en el potencial que aún no puedes ver en ti, como un hecho consumado, no como algo que esperas tener.

 


Todo en el universo cumple un propósito, aún aquello que nos parece malo.

Ciertamente Dios no creó la maldad, pero se sirve de ella para generar cosas mejores.

Si no existieran cosas que se nos opusieran en nuestro avance, jamás desarrollaríamos las herramientas y habilidades para superarlas.

Lo que nos trajo al lugar y al tiempo en el que estamos, es la fe.

Cuando creemos, alcanzamos a desarrollar en nosotros, algo que es imposible para el ser humano lograr por su propia cuenta: La Paz.

Esa paz que desarrollamos por medio de la fe, nos permite reconciliarnos con el presente. Cuando entendemos que todo lo que está pasando no es por casualidad, o que indefectiblemente se encuentra bajo el control de Dios, aprendes a mirar las cosas de manera distinta.

La fe no convierte lo malo en bueno, de hecho no tiene nada que ver con ninguna de las dos cosas. La fe no cataloga los hechos, solo nos hace verlos diferentes.

Es allí donde la fe juega un papel importantísimo en nuestra mente. La fe genera la paz que nuestra mente necesita para conciliar lo real con la verdad.

En otra oportunidad profundizaremos sobre la diferencia entre lo real y la verdad, por ahora solo te diré, que en la realidad algo es bueno o es malo según la óptica moral con que se mire, en cambio, la verdad, es aquello que está depositado en nuestro ser, tal cual el diseño de Dios, y no  puede ser catalogado bajo ninguna óptica, porque es absoluto.

La fe apunta hacia la verdad,  de la cual ella misma es parte. Por eso, quien cree, tiene la confianza en lo que cree y es fiel a la verdad depositada dentro de si. De allí que la fe no ve lo malo ni lo bueno. La fe solo ve el propósito de las cosas, según la verdad depositada en nuestros corazones, y esa verdad solo mira según el diseño de Dios.

Quien tiene fe, alcanza la paz, y quien está en paz, no se preocupa por la situación presente.

Dependiendo de la forma en como aprendamos a desarrollar nuestra fe, de esa misma forma nos será mas fácil o difícil entender lo que está sucediendo a nuestro alrededor.

Te invito a que desarrolles tu fe. Cultiva la esperanza en un futuro que se encuentra en las manos de Dios, pero sobretodo,  crece y multiplica tus esfuerzos en la fe que está vinculada con el presente, con las oportunidades y dotes que Dios ha dispuesto para ti en el ahora.

Quieras o no, toda circunstancia es parte de tu ejercitar en la fe, así que permanece alerta y engrandece tu confianza en Dios cada día, y de la misma forma hazlo contigo mismo.

Cree, confía y permanece fiel, así encontrarás la armonía que necesitas para entender tu situación actual.

No permitas que otros menoscaben tu capacidad de creer, recuerda que nadie puede tomar algo de ti, si esto está incorporado a tu ADN.

Recuerda que la fe fluye constantemente como el agua, y es imposible retenerla por mucho tiempo, así que, aprovecha el momento y déjate llevar por su corriente, no dudes en creer.

Dios siga bendiciendo tu vida…


Pastor César González

 


 


viernes, 18 de septiembre de 2020

Cabos de Amarre


En nuestra luna de miel, mi esposa y yo, tuvimos la dicha de visitar algunos países caribeños, gracias a que pudimos contratar un servicio de cruceros, que nos llevo a lugares maravillosos y playas por demás paradisíacas. Fue nuestro viaje de ensueño, aún mas, considerando que para ambos era nuestra primera travesía en barco.

Podrán imaginarse que no había detalle al que no le pusiéramos cuidado o que llamara nuestra atención. Desde el camarote, pasando por la estructura del barco, el gran salón de comedor, el anfiteatro, las actividades en la piscinas, las exhibiciones de la comida, etc. Todo era una maravilla y deleite a los sentidos del cuerpo y del alma. 

Fue en definitiva una experiencia inigualable, y hay muchos recuerdos que en otro momento compartiremos con uds, sin embargo, hoy solo nos referiremos a una situación anecdótica, que aunque parezca trivial, es de suma importancia para lo que hoy queremos enseñarles.

Cada vez que atracábamos en un puerto, salíamos bien temprano para aprovechar el tiempo y conocer lo mas que pudiéramos del lugar. Al regresar, la imagen imponente del barco, que nos esperaba serenamente anclado en el puerto, era por demás tranquilizadora. 

Recuerdo, que mientras retornábamos del paseo y me acercaba al barco, siempre llamaban mi atención las imponentes sogas o cuerdas que lo mantienen estable al puerto. Esas sogas son conocidas como cabos de amarre, y son tan grandes como el barco que sostienen. 

Nunca en mi vida había visto sogas tan grandes y gruesas, y mucho menos, conocía de esos nudos impresionantes que se hacen a cada extremo de las mismas, de los cuales, se presume mucho en el argot marítimo.

¿Imaginas hacer un nudo para sujetar un barco tan grande? ¿Has considerando el tamaño y grosor de la cuerda? 
 
En el ambiente marítimo, se usan distintos tipos de nudo, según su funcionalidad. Los conocedores en la materia afirman que, por el nudo se conoce la experiencia y el dominio que tiene el marinero. Se requieren años de práctica para hacer el nudo correcto, pero sobretodo, para generar confianza en el amarre.

La vida de las personas, y el resguardo de sus bienes, pueden depender tan solo de hacer el nudo correcto, por ello, es importante asegurarse que todo está bien amarrado.

Nuestro hogar, nuestra sociedad, y los seres humanos en general, requerimos de cabos de amarre, de cuerdas y nudos bien fuertes, que nos "sujeten" firmemente a nuestro puerto.

En la vida, todos necesitamos de alguna forma, sentirnos seguros y confiados, para poder afrontar las circunstancias del día a día, y para poder desarrollarnos libremente como individuos y como sociedad.

Aprendamos entonces a hacer esos fuertes nudos...

Para hacer nudos fuertes lo primero que hay que considerar es la soga o cuerda con la que estamos trabajando. Un nudo es tan fuerte como la soga que se usa para hacerlo.

No soy persona de hacer rituales, pero entiendo que algunas cosas, en un momento particular, tienen alguna significación para quienes los practican. Cuando nos casamos, mi esposa y yo, hicimos nuestros votos matrimoniales, unidos por una especie de cordón o cuerda, el cual estaba conformado por hebras blancas y gruesas, entrelazadas entre sí, muy al estilo de la imagen, que nos brinda el pasaje que leímos al inicio de esta sección.

Para ese momento, las tres hebras nos representaban a nosotros mismos y a Dios, dando a entender a los presentes, el compromiso que tanto ella como yo, teníamos al hacer equipo con Él en nuestro matrimonio. El compromiso era el verdadero lazo, el cordón o cuerda tan solo lo representaba físicamente. Curiosamente, la cuerda desapareció a los días de la boda (no supimos a donde fue a parar), pero el compromiso se mantiene vigente, y cada día, lo renovamos con determinación y todo el amor que podemos brindarnos el uno al otro. 

Una cuerda se hace más fuerte según la cantidad de hebras que la componen.

¿Te imaginas cuantas hebras se necesitan para hacer un cabo de amarre para mantener un barco estable? 

Para asegurar las cosas mas importantes de nuestra vida, no podemos hacerlo solos,  necesitamos indefectiblemente hacer equipo con alguien más.

Desde siempre, mi esposa y yo entendimos que éramos un equipo. No existe separación en cuanto al compromiso que cada uno tiene en nuestro hogar. Somos en conjunto, responsables al mismo tiempo, de criar a los hijos, de los negocios, de los quehaceres del hogar, de las deudas, de mantener la armonía, etc. En nuestro matrimonio no existe la menor desconfianza en ninguna cosa, y en relación a lo financiero, todos los gastos los compartimos, sin determinar quien "pone más" o quien "pone menos" para tal cosa. Como decimos en nuestro país: "todo el dinero entra y sale de un mismo pote”.

Lo importante de todo esto, es que desde el inicio, decidimos que Dios formara parte de nuestra relación como pareja. Esto fue una de las mejores decisiones que pudimos tomar. Esta relación intrínseca con Dios, nos ha permitido darle una dirección clara a nuestra familia. En mi hogar, ninguna decisión (o por lo menos la mayoría) se toma,  sin considerar la posición de Dios al respecto. Esto nos ha evitado males innecesarios y muchas discusiones. 

A mi parecer, ese es uno de los tantos secretos que hemos podido descubrir como pareja, para aportar la confianza y la seguridad en nuestro hogar.

Lo anterior, no es algo que se da de la noche a la mañana, tampoco es producto de tan solo afirmarlo o declararlo todos los días. Esto solo se puede lograr, con una fidelidad práctica, a los principios que enarbolamos como familia. Es un ejercicio de todos los días, que te llevará a alcanzar la experticia para hacer los mejores nudos. 

Sea en tu familia, trabajo o comunidad, se requiere la ayuda de todos para poder afrontar los retos que cada día nos presenta la vida. Por eso es necesario, hacer equipo con las personas que comparten con nosotros cada una de esas situaciones. 

En momentos difíciles como los que estamos viviendo, es cuando más evidenciamos la necesidad de estar acompañados. No es fácil afrontar una situación de tanta incertidumbre como lo es una pandemia mundial, alejado de la gente que te importa. 

Muchas familias están hoy separadas por causa de esta crisis, pero gracias a Dios por la tecnología del presente, que auque no compensa del todo la necesidad del contacto físico, por lo menos, nos permite estar conectados con ellos, donde quiere que estén. 
Esto, produce la sensación en nuestra mente, de que a pesar de las distancias, no nos sintamos tan solos. 

Son mejor dos que uno. No hay nada mas cierto que eso. En mi experiencia, el tener a alguien a mi lado, que aún siendo maravillosamente distintos, es fantástico como vibra en la misma sintonía que yo. Eso no tiene parangón. La calidad de vida que te ofrece una relación así, va más allá de lo convencional. 

No quiero hacer creer que mi esposa y yo, estamos de acuerdo en todo, pero sí en lo importante, y a eso, es lo que más le sacamos provecho. Uno levanta al otro cuando es necesario. Entre los dos nos cuidamos y nos protegemos. Uno es importante para el otro, y cada quien entiende el valor de preservar la integridad del equipo.

Solo uso mi matrimonio como ejemplo para poder inspirarte. No somos perfectos, pero tenemos confianza en lo que hemos logrado hasta ahora, y por eso, queremos compartirlo contigo. Eso sí, no te voy a mentir diciéndote que es fácil, porque se  ha requerido de mucho esfuerzo personal y largas horas de conversación para poder llegar al lugar donde estamos, sin creer aún que lo hemos alcanzado totalmente. Hemos hecho los nudos que mejor nos salen, con el conocimiento que hemos adquirido. Estamos a la espera de las próximas lecciones para perfeccionarlos. 

En solitario es muy probable que podamos ser vencidos, pero juntos somos indestructibles. 


Más que estar acompañados, lo que requerimos, es hacer equipo con las personas con las que convivimos.

Muy tristemente veo, como existen muchas familias, sean estas pequeñas o numerosas, donde la falta de equipo entre sus miembros, se evidencia en el comportamiento particular de sus individuos. Hay quienes, viviendo en la misma casa, no se dirigen nunca la palabra o no conocen lo que el resto de su gente hace en todo el día. No hay conexión entre ellos, porque no hay nada (según su parecer) que los involucre o que los relacione más que la consanguinidad.

Hay quienes, a pesar de tener mucha gente alrededor, tienen que ahogar y sufrir sus penas en solitario, porque no hay nadie con quien compartirlas. Eso sucede más de lo que nosotros pensamos. En todas partes hay una situación similar.

¿Qué hace que una cuerda sea fuerte? Lo primero, es la cantidad de hebras, y lo segundo es la calidad del entrelazado.

Recuerdo que cuando niño, tenía un amigo que vivía en una casa donde había mucha gente. Solía preguntar a veces por él, y nadie sabía darme señas de su paradero, incluso su mamá. Siempre que regresaba a casa cabizbajo por no encontrarlo, era sorprendido por mi amigo, quien venía corriendo detrás de mí, porque me escuchó preguntando por él. Él estaba en su casa, y nadie sabía donde estaba, ni que estaba haciendo. Eso es un ejemplo de cuando no hay una sensación de equipo presente en una familia. Con el tiempo, la situación no mejoró para ellos, por el contrario, se agudizó aún mucho más, a tal punto, que nadie sabe nada de nadie en esa familia. ¿Cómo es esto posible? Les juro, que solo lo entendí cuando crecí y maduré. 

Nadie puede hacer equipo con otro, si no encuentra un punto de conexión o amarre. Eso es lo que nosotros denominamos tener un objetivo común o una visión en conjunto.

Esa es la clave para hacer equipos. Sea en lo laboral, en lo social o en lo familiar, la gente necesita tener un objetivo en común, que los conecte y los haga sentir parte de "algo" mucho mas grande que ellos mismos. Esto va mucho con el sentido intrínseco de pertenencia, el cual, todos necesitamos satisfacer.

No solo quiero que estés conmigo, necesito que estés para mí.

Esa frase es lapidante, y refleja lo que en verdad todos anhelamos. No me interesa estar con alguien que solo me acompañe o que me sobrelleve. Necesito alguien que sea un equipo conmigo. Alguien que no solo esté, sino que se haga sentir.  El equipo es lo que garantiza el éxito. 

Hacer equipo es un trabajo arduo, requiere de mucha diligencia, inteligencia, empatía, comprensión y sobretodo, una visión súper clara de a donde quieres llegar. Nadie podrá pegarse al caminar de otra persona, si esta no tiene una clara visión de a donde quiere ir.

Por eso es importante, que los padres estén conscientes del papel que fungen dentro del hogar. Deben estar claros, que ante cualquier cosa, primero son un matrimonio, y luego son padres. Como matrimonio, ellos conforman un equipo especial dentro de la familia. Los esposos, son el equipo de liderazgo, aquellos quienes proveen de inspiración y de motivación al resto. El matrimonio viene a ser como la hebra madre o principal sobre la que se hila el resto de la soga.

Como ya dijimos antes, mi esposa y yo decidimos entrelazarnos junto a Dios, para ser esa primera hebra, y con ese objetivo en mente, construimos junto a nuestros hijos, las oportunidades para que ellos se vinculen de la misma forma a la visión que tenemos como familia. 

El saber hacia donde quieres llegar con tu familia, genera un ambiente de confianza y seguridad al que todos quieren unirse. Como lo he dicho en muchas oportunidades, si quieres tener una familia feliz, debes empezar por desarrollar un matrimonio feliz.

No debemos confundir la visión que tenemos como familia, con el menoscabo de las expectativas individuales de sus miembros. Cuando hay un ambiente de confianza, se genera un sentido de seguridad en las decisiones, lo que redunda en el reconocimiento de las oportunidades que se desarrollan de forma individual para cada miembro de la familia.

En otras palabras, parte de la visión familiar, es el desarrollo de las oportunidades individuales de sus miembros. Un equipo trabaja para beneficio de todos.

Esa seguridad y esa confianza es lo que mas necesitan nuestros hijos para desarrollar sus individualidades. Es por ello, que debemos invitarles y coadyuvarles a que hagan equipo con nosotros, y que se sientan cómodos y seguros en esa situación. 

El hogar no puede ser solo del interés de papá y mamá. Todos deben participar en el mantenimiento y en los quehaceres de la casa, según la edad y capacidades. Lo mismo sucede con el ambiente de convivencia, todos deben sentirse incluidos y a la vez responsables de la armonía en casa. Eso es bastante trabajoso, pero no imposible.

Los hijos, al igual que nosotros, necesitan satisfacer esa necesidad de pertenencia que llevamos intrínsecas en nuestro ser. Eso nos facilita la sensación de seguridad que tanto requerimos. No es solo tenerlos en casa, nuestros hijos deben sentir que forman parte de una familia.

Nuestros hijos entienden, que tanto su mama como yo, tomamos decisiones en conjunto. Saben que no estamos de acuerdo en todo, pero que respetamos las decisiones del otro, y siempre nos inclinamos a favor de un mismo objetivo. No hay caminos separados, y  ninguno actúa en contra del otro. 

No formamos bandos, no hay oposición, solo opiniones distintas que se respetan. Cada acción intenta ser justificada, hay un  porque para todo, aunque no todos lo entiendan o estén de acuerdo. Los éxitos se celebran juntos de forma ruidosa, y los fracasos se lloran también juntos en absoluta reserva. 

Esa fidelidad, compromiso y seguridad, tratamos de transferírselas a ellos, pero la fuente principal de su aprendizaje está en el ejemplo que podamos darles. 

Como padres, nunca terminamos de aprender, no importa que edad tenga nuestros hijos, sin embargo, para aquellos que aún los tenemos en casa, se nos ofrece un abanico de oportunidades inmensas para alcanzar juntos la conformación de un equipo ganador. 

Todo equipo, así como las personas, pasa por circunstancias adversas, la diferencia radica en que juntos siempre podrán apoyarse los unos a los otros, que nunca faltará con quien desahogar las penas, y sobretodo, serán mucho más fuertes.

En un equipo todos se cuidan unos a otros. 

En una ocasión escuche decir que una cadena es tan fuerte como lo es su eslabón más débil, y esto es verdad, porque aplica para casi todo.

Parte de hacer nudos fuertes, es lograr primero que la cuerda lo sea, y eso pasa por ayudar a fortalecer a tu equipo en el proceso de la conjugación de sus objetivos.

Siempre habrá en tu equipo quien no pueda moverse al ritmo de los demás,  tal vez esté muy cansado, herido o todavía no esté del todo listo, pero la fuerza del conjunto lo hará ver más fuerte. 

La fuerza de la cuerda no la determina la debilidad de una hebra. Cuando se unen las intenciones y se trabaja en una visión conjunta, no hay débiles ni rezagados.

No es lo mismo estar en un equipo, que formar parte de el. Lo segundo implica un compromiso recíproco. Por esto último, debemos promover ese sentido de pertenencia entre quienes nos acompañan en nuestra visión. En una casa, por ejemplo, todos deben sentirse parte del equipo, no importa si son familia o no. Eso a la larga traerá más beneficios que tragedias.

En la Biblia está escrito que una casa dividida nunca prevalecerá (Lucas 11:17), por ello no comulgo que en una casa existan bandos, disensiones o gastos separados. Eso es el reflejo claro de un estado de confusión interno, donde cada quien tiene un camino distinto, como si cada hebra quisiese ser una cuerda en sí misma. Lo que hace fuerte una casa es que todos estén integrados en un mismo objetivo.

No podemos dejar de lado a Dios, Él es el motor principal de nuestros éxitos. Buena idea sería darle toda la capitanía del equipo y dejar en sus manos la dirección del mismo. Por eso, te invito a que lo involucres desde el principio. Hay garantías que sólo Él puede aportar, y tú las necesitas en tu amarre. 
 
Los equipos son dinámicos. Algunos miembros estarán para siempre, otros solo estarán de vez en cuando, y habrá quienes se marcharán para no volver. Abraza y atesora a la gente que te acompaña en algún momento de la vida, y disfruta el tiempo en que formaste equipo con ella. 

Las personas trascendentes, suelen dejar un legado maravilloso de motivación e inspiración que jamás podrá ser olvidado, aunque ya no estén presentes.

Establece cabos de amarre que te permitan llevar una vida segura y confiada. Bríndale a tu familia un ambiente seguro, donde todos tengan la oportunidad de poder crecer y desarrollarse a plenitud, sobretodo afectivamente.

Si eres casado, busca aliarte de manera completa con esa persona que está a tu lado por elección propia.

Estoy confiando que haciendo esto, tus nudos serán tan fuertes como tu amor y compromiso por los tuyos.

Forma, lidera y apuesta a tu propio equipo ganador...

Dios te bendiga siempre.

Pastor César González.


miércoles, 9 de septiembre de 2020

El Efecto Espejo


Muchos de ustedes nos han pedido que tratemos el tema de la tolerancia y de la convivencia familiar, porque para muchas familias ha sido difícil y cuesta arriba mantener la armonía, sobretodo al tener que convivir "encerrados" continuamente por 24 horas durante los 7 días de la semana, aunado esto a los diferentes caracteres y personalidades que se conjugan dentro de un mismo  hogar. 

Es posible que antes de la pandemia ya no se llevaran muy bien, y por causa del confinamiento las cosas han empeorado. Por otro lado, es posible que todo estuviese bien, hasta que llegó el encierro, lo cierto es que, en algún momento nos ha tocado decir ¡VOY A EXPLOTAR!

Puede suceder que nuestras explosiones o lo que nos disgusta vaya de cosas tan tontas o muy complejas. Cualquier cosas puede originarla, desde el hijo respondón (falta de respeto), la toalla en el baño que nunca recogen (desorden), el que quiere ir a la calle en pandemia (desobediencia), el que te dice mentiras en la cara, lo duro que puede ser tu pareja (inflexible), el sarcasmo de un vecino, la apatía (indiferencia) de tu mejor amigo, etc. 

Todo esto y mucho más, pueden ser los "disparadores" de tu ira, rabia o impotencia. 

¿Que pensarías si ahora te dijera que lo que ves en el exterior es el reflejo de lo que hay en tu interior?, es decir, que la falta de respeto, el desorden, la desobediencia, la mentira, la inflexibilidad y la indiferencia no están afuera sino dentro de nosotros, ¿Cómo cambiaria tu forma de ver la vida?

Sí, así como lees, pero hoy quiero que dejes de juzgarte y presionarte por no ser "la mata de la tolerancia" o "la tolerancia en pasta", quiero mostrarte que no todos los episodios causantes de nuestros malestar han dependido de ella, sino mas bien de esas sombras que nos desagradan de nosotros mismos y que no hemos sanado aun, pero que se siguen proyectando en el otro para que podamos verlas y aprender de ellas.
 
Cuando llegamos al mundo, no conocemos división entre nosotros y aquello que nos rodea. Es con el tiempo, y en la medida que crecemos, que esa línea divisoria entre el "Yo" y lo que nos rodea se va creando en nuestra mente. Cuando un bebé se encuentra ante un espejo, no se reconoce así mismo en la primera oportunidad. Esto solo sucede luego de un tiempo, y este proceso de auto reconocimiento  es fundamental para que el YO pueda formarse y así afirmar su propia identidad.

Esa capacidad de vernos "reflejados" a nosotros mismos en un objeto, es también una forma en la que nuestra mente, juega a proyectarse a si misma a través de otros. 

Tendemos sutilmente a proyectar nuestros propios conflictos, los procesos internos de debate, nuestras situaciones irresolutas y los sentimientos bloqueados. Esto se conoce como proyección sicológica o efecto espejo, y nos permite, a modo de defensa, atribuir a otros, sentimientos, pensamientos, creencias y acciones propias que nos resultan inaceptables o que rechazamos. 

El efecto espejo, es un mecanismo de defensa de nuestra mente, en donde una herida emocional causada en cualquier etapa de nuestra vida, queda almacenada en nuestro subconsciente, y al surgir un evento que nos recuerde esa herida que rechazamos, sin percatarnos, la mente busca la forma de poner fuera de nosotros eso que no toleramos, para así preservar nuestro equilibrio.

Hacernos conscientes de este proceso de proyección puede ayudarnos a conocernos más, al hacernos responsables de nuestras reacciones.

Voy a permitirme ilustrarte esta situación a través de un cuento:

Hace tiempo, en un pequeño pueblo, había una casa abandonada. Cierto día un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por uno agujero a la casa. El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subirlas se topó con una puerta semiabierta; lentamente se adentró en el cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto habían mil perritos más, observándolo tan fijamente, así como él los observaba a ellos. El perrito comenzó a mover la cola y al levantar sus orejas poco a poco, los mil perritos hicieron lo mismo. Posteriormente sonrió y les ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los mil perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando el perrito salió del cuarto se quedo pensando para sí mismo: “¡que lugar tan agradable... voy a venir mas seguido a visitarlo!".

Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio y se encontró en el mismo cuarto. Pero a diferencia del primero, este perrito al ver a los otros mil perritos del cuarto se sintió amenazado, ya que lo estaban viendo de una manera agresiva. Posteriormente comenzó a gruñir, obviamente vio como los mil perritos le gruñían a él también. Comenzó a ladrarles ferozmente, y los otros mil perritos le respondieran de igual forma. Cuando este perrito salió del cuarto pensó: "¡que lugar tan horrible es este nunca mas volveré a entrar allí!".

En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía: la casa de los mil espejos.

¿Alguna vez te ha molestado enormemente la forma de actuar de otra persona, cuando ésta hacía algo con lo que tú no estabas de acuerdo? ¿Qué es eso que tanto te molesta del otro?

La convivencia familiar no es nada sencilla, y en estos tiempos de confinamiento por tanto tiempo a causa de la cuarentena, es donde se suelen desencadenar disputas de manera frecuente, por que hay unos miembros de la familia que son por ejemplo muy ordenados y limpios, y otros que no lo son tanto. Si eres una mamá o papá súper ordenado, que necesitas tener todo perfecto y vives con hijos desordenados, seguramente te asalte la rabia con frecuencia.

Si un hijo, la pareja, el jefe o un amigo, despierta en nosotros emociones desagradables, aunque no lo sepamos, probablemente, somos victimas del reflejo que hace nuestra mente de algo que está en nosotros mismos, y que no queremos o estamos incapacitados para verlo de momento. Esto es algo con lo que nos urge trabajar. 

Esta capacidad de reflejarnos en otros, no necesariamente tiene que ser algo malo, y en algunos casos particulares podemos producirla de manera consciente.

Un ejemplo de esto son las relaciones de pareja y de amigos. Te confieso que si hubiese conocido todo esto hace unos años atrás, me hubiese ahorrado muchísimo sufrimiento, y es que yo, como cualquiera, sostuve relaciones con personas en donde la pasé muy mal, y tal como les narre en el cuento, veía siempre muchos perritos ladrándome y gruñéndome sin saber porque. En el caso de mis parejas sentimentales, éstas siempre reflejaban mentiras, maltratos e infidelidades. 

Ante esta situación, he aprendido que, cuando nos encontramos con alguien deshonesto, en lugar de juzgarlo, debemos aprender a redirigir muchas veces, el foco hacia nosotros mismos y preguntarnos ¿hay algo en mi vida que no es del todo honesto? O si nos encontramos con alguien con despropósito o sin visión de la vida (los cuales abundan), debemos voltear el foco hacia nosotros y preguntarnos sinceramente: ¿en que áreas no tengo claridad de lo que quiero para mí? En el caso de que nos crucemos con alguien que falte a nuestro  respeto, volvámonos hacia nosotros mismos y preguntémonos: ¿me respeto a mi mismo aún por encima de lo que lo hacen los demás?

En la actualidad estoy felizmente casada con Cesar, y si tuviera que describirlo en una palabra seria "Fiel". Es un hombre fiel a Dios, a si mismo, a sus valores y principios, a sus amigos y a su pareja, y cuando él llegó a mi vida supe comprender que esa fidelidad en su corazón, no me era ajena, porque también habitaba dentro de mi, de alguna forma. Él era un reflejo de mi misma en ese sentido, y allí fue cuando más lo amé. Te pregunto: ¿Qué refleja tu pareja de ti?

Es importante elegir un amor que refleje todo lo bueno que tu eres.

Creemos en el principio de que un matrimonio feliz, produce hijos felices, y ese ha sido siempre nuestro norte como pareja y familia. Mi esposo siempre me repite la frase: "Primero debemos asegurarnos que tú y yo estemos bien, antes que cualquier cosa, eso es lo que garantizará que todo lo demás (hijos incluidos), también lo estén".

Muchas parejas concentran la atención en el cuidado y protección de los hijos, descuidando en el proceso su matrimonio. Eso es un error. Un matrimonio feliz, genera un ambiente de felicidad en el hogar, lo cual redunda en hijos felices. 

Nuestro hogar es el reflejo de lo que somos como individuos, por eso es importante armonizar como pareja para poder reflejar en la misma intensidad y sentido. Un matrimonio, donde cada quien proyecta de manera distinta, genera confusión en el hogar, y repercute en la personalidad de los hijos. 

Por eso, la felicidad de tu familia, es un reflejo de la tuya. 

Lo mismo se produce con las amistades. En toda relación hay quien refleja o "influye" más fuertemente en otros. De allí que siempre existirán personas que intentarán imitarte, como también habrá quienes no soportarán el peso del reflector sobre sus vidas. 

Por eso es importante, encontrar esos amigos que puedan vibrar o reflejar en tu misma frecuencia, esas almas gemelas, que te hacen ver a ti mismo muy bien, así como ellas se sienten bien reflejadas en ti. Son ese tipo de personas con las que puedes sentirte tú mismo, y que forman esa parte de tu vida que es irremplazable. Sé que son muy difíciles de encontrar, y que son escasas, por eso hay que buscar con mucho cuidado y atesorarlas aún más.

En la medida que reflejemos en nosotros lo bueno, puro, lo honesto, lo amable, lo justo, lo amoroso, lo apacible; de esa misma forma obtendremos la repuesta de los demás y conectaremos de manera efectiva con gente acorde a esos principios.

Cuando veas en otras personas esas cosas que te desagradan o detectes algún posible disparador, que generen en ti una reacción fuerte de rechazo pregúntate: ¿es esto realmente suyo o es completamente mío? La respuesta a  esto, te permitirá hacerte responsable de tus sentimientos, para poder resolverlos y contribuir a relaciones armoniosas.

Cuando hablamos de otros, no nos damos cuenta, pero estamos hablando de nosotros mismos.

Cada vez que algo me moleste de otro, debo preguntarme ¿Qué ha venido a recordarme o enseñarme? 

El verdadero autoconocimiento, es darnos cuenta que, aquello que reflejamos en los demás, es realmente algo que habla sobre nosotros mismos, aunque nos cueste admitirlo.

Para alguien desconectado de su esencia, todo lo que le recuerde una herida propia, va a ser motivo de juicio, crítica y separación.

¿Qué criticas? ¿Qué juzgas? ¿Qué te hace excluir a la gente?

Mientras vamos descubriendo y sanando esas partes de nosotros que rechazamos y las vamos re-integrando a lo interno, mejor nos vamos a sentir, seremos más tolerantes y comprensivos con nosotros mismos, y con los demás.

Sé que para algunos resultará difícil de aceptar y comprender que, todo lo que me molesta o me agrada en el otro, no está fuera, sino que está dentro de mi, pero si te detienes a pensarlo un poco, te darás cuenta de que por ejemplo, en un sentido positivo, lo que te agrada de otra persona suele ser un reflejo de la percepción de ti mismo. 

A veces, esto suele ser un reflejo directo, porque lo que te gusta del otro es una cualidad que tú tienes o admiras de ti. Otras veces, el reflejo es inverso, quiere decir, que lo que te gusta del otro es una cualidad de la cual careces y por ello admiras a la persona que la tiene. 

En un sentido negativo, cuando te molesta algo de otra persona, un reflejo directo sería que odias en el otro lo mismo que odias en ti. Y un reflejo inverso de esto, es odiar en el otro, algo de lo que carezco.

De forma práctica, usaremos como ejemplo, cuando nos molesta la actitud de un compañero de trabajo que consideramos engreído, de lo cual, se desprenden estos posibles razonamientos:

- Reflejo directo: Me molesta la actitud engreída, porque yo también lo he sido por momentos con otros. En este caso, podré entender como se sienten los demás cuando yo actúo así, y podré replantearme si debo corregir mi actitud engreída.

- Reflejo inverso: Si me molesta la actitud engreída, es porque en el fondo me gustaría tener un poco de esa autoestima que tiene mi compañero. El reflejo estaría mostrando que seria bueno valorarme un poco más. 

Percatarnos que existe el efecto espejo, nos hace convertirnos en seres responsables de nuestra realidad y no en victimas del mundo.

¿Por qué te enojarían ciertas actitudes o conductas de otros, si no fueran el reflejo de las tuyas? Verse con la peor cara en el espejo de los otros nos causa mucha MOLESTIA Y RABIA.

Todo depende de la forma en como veamos reflejada nuestra imagen en la otra persona. Debemos hacernos conscientes de la situación presente, y evaluar nuestro comportamiento, antes de juzgar el del otro. Esta evaluación de nosotros mismos, no es un proceso que se aprende de la noche a la mañana, y no suele ser un camino sin baches, pero es necesario que procuremos este aprendizaje sobre nosotros mismos, si queremos ser felices y vivir tranquilos.

Abordaremos con otro ejercicio práctico, las distintas formas en que podemos evaluar una situación o actitud desagradable en otros, usando para ello a nuestro favor, el efecto espejo. 

Piensa en esa situación en donde tuviste una discusión o desacuerdo, en la que te sentiste mal o enojado con otra persona. Ahora trata de imaginarte frente a un espejo, y pregúntate ¿Qué es lo que refleja este espejo de mí?

1.- REFLEJO INVERSO: ¿Te disgusta tener una persona que es todo lo contrario a ti? ¿Cómo trabajarlo?

- Busca equilibrio: Siendo muy rígido te situarás en un extremo y desequilibraras la balanza. Puedes equilibrarla siendo más comprensivo y no tan duro contigo mismo, a la hora de querer tenerlo todo ordenado o bajo control. Al ser más permisivo con tu persona, no te generará tanta rabia las acciones de los demás.

- Pregúntate: ¿Qué me estoy exigiendo? ¿realmente es tan necesario? ¿podría permitirme ser un poco más flexible conmigo mismo? ¿si no termino lo que debía hacer, será terrible? 

2.- REFLEJO DIRECTO: Lo que te molesta es en realidad una parte tuya que no quieres ver. Es una parte oscura o sombra de ti, que no quieres aceptar. ¿Cómo trabajarlo?

- Arroja luz a tu sombra buscando los puntos en común: Escribe que es exactamente lo que te esta doliendo de la otra persona, y luego reflexiona si tú te comportas igual en otras situaciones con otros. Tener claridad de tus propias sombras ayudará a cambiar lo que no te guste de ti mismo. 

3.- EXPECTATIVAS EGOISTAS: Sucede cuando tenemos altas expectativas en una situación o con una persona, y empezamos a ver que no coinciden con la realidad. Es decir, hemos idealizado a alguien o algo y al darnos cuenta que no es como queríamos, lo intentamos manipular y controlar para que cambie y se adapte a la idea que nos habíamos formado, pero al no lograr nuestro objetivo, esto trae sufrimiento a nuestra vida. ¿Cómo trabajarlo?

- Deja la visión egocéntrica de lado: Da igual que hagas mil pataletas, te enfades, grites o llores, hay cosas en la vida que escapan de tu control.

- Pregúntate: ¿Qué esperabas de esa persona, relación o momento? ¿Qué estaba en tus manos modificar? ¿Qué no dependía de ti? Cuando te des cuenta de que no sirve de nada intentar controlarlo todo, te quitarás un gran peso de encima, actuando solo cuando sea necesario y dejando que las cosas fluyan.

- Responsabilízate de ti mismo: Toma toda esa energía que estas desperdiciando en intentar cambiar al otro, y dirígela hacia algo que si esta en tu poder: cambiarte a ti mismo y darte lo que necesitas.

- Has una lista de las cosas que podrías hacer para ti mismo, para mejorar tu vida sin que dependas de los demás. ¿Como podrías darte a ti mismo lo que esperas del otro?, esto nos ahorrará grandes decepciones.

4.- CUANDO HACEMOS LO MISMO A LOS DEMAS: Cuando te encuentras a ti mismo sintiéndote victima de una persona que te esta haciendo daño, aunque tú no le estés tratando igual, se lo estas haciendo a otra persona. ¿Cómo trabajarlo?

- Redacta una lista de las cosas que te hacen sentir mal, respecto a como te tratan y luego repásalas con detenimiento pensando si tú estas actuando de un modo similar con alguien distinto.

Si nos ponemos en la piel de los demás, como resultado trataremos mejor y no haremos lo que no nos gustaría que nos hicieran 


¿Qué beneficios obtenemos del efecto espejo para nuestro crecimiento espiritual?

- Mayor autoconocimiento: Cuanto mas conocimiento tienes de ti mismo mas claro visualizas lo que quieres en tu vida, dirigiendo así tus esfuerzos hacia el alcance de tus objetivos y tus metas.

- Integración de tu sombra: Al reconocer tu lado oscuro, deja de ser un impedimento invisible constante.

- Más empatía y compasión: En el momento que te pones en el lugar del otro, aceptas la imperfección humana.

- Mayor equilibrio: Lo externo te afecta en menor medida, te encuentras mas conectado con tu paz interior.

- Humildad: Aprendes a verte tal y como eres sin máscaras, aceptando tus debilidades y desapegándote del ego.

- Liberación de la actitud de victima: Dejas de ceder tu poder personal a los otros para empezar a responsabilizarte de tu persona.

En resumen, cuando aprendemos a colocarnos en la posición de otros, ampliamos nuestro conocimiento, tanto de nosotros mismos, como de los demás. 

Este conocimiento, es una piedra fundamental e importantísima, en la construcción de relaciones sólidas y a la vez más sanas.

Todo comienza y todo termina con nosotros.

Lo que niegas te somete, y lo que aceptas te transforma.

Los demás solo están ayudándote a reflejar lo que debes corregir, sanar y aprender. 

Aprovecha cada situación, para aprender más de ti mismo, y refléjate de forma correcta en los demás.

Dios te bendiga,

Lcda. Nathali Vilchez